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El bejarano Carlos Flores y su equipo inician el descenso de una de las cuevas más peligrosas del...
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PROGRAMA 7 PICOS 7 CIMAS

El bejarano Carlos Flores y su equipo inician el descenso de una de las cuevas más peligrosas del...

Actualizado 06/08/2015
Redacción Béjar

BÉJAR | Ha comenzado el descenso a la sima más profunda y complicada de España, ubicada en Los Picos de Europa, La Torca del Cerro

[Img #376311]Carlos Flores y su equipo de 7 Picos 7 Simas, emprenden el último de los retos y el más complicado de todo el programa. Para conseguirlo será preciso el trabajo de medio centenar de espeleólogos, geólogos y científicos, 800 kg de material y 2500 metros de cuerda.

El bejarano Carlos Flores, de 40 años, sargento de bomberos en Toledo desde hace 15 años, casado y padre de dos niñas, dirige la parte deportiva de la expedición y la parte científica depende del geólogo Raúl Pérez, que está aprovechando este proyecto para monitorizar toda la península midiendo terremotos, como investigador del IGME.

Ambos espeleólogos, llevan tres años subiendo a las cimas más altas de la península y bajando a las simas más profundas, y el reto asturiano será uno de los últimos, pues tras éste, sólo les quedará pendiente Navarra y Asturias, donde quiere hacer cumbre, por la cara norte, en Torrederredo, en septiembre, mes en el que también llegará al fondo de la sima de la Torca del Cerro

El equipo ha iniciado estos días la preparación del descenso a la sima de la Torca del Cerro, un estrecho agujero de 1600 m. situado en los Picos de Europa, considerada una de las 3 cuevas más peligrosas y difíciles del mundo, y en la que no ha entrado nadie desde hace 10 años. Se trata de una estrecha cavidad llena de cascadas y atravesada por un caudaloso río, que complica aún más su descenso.

[Img #376312]En ella instalarán doce sensores que a lo largo de un año tomarán muestras del interior de la cueva para poder comparar las mediciones. Un año han estado instalados los sensores en la sima de La Cornisa, una cavidad de 1.507 metros de profundidad situada en la vertiente leonesa de los Picos de Europa. Tres días acaba de pasar Flores García en su interior para recuperar los sensores puestos hace un año, y el material utilizado en el descenso, una carga de 500 kilos que ha sido transportada en helicóptero desde la parte leonesa hasta la sima asturiana.

Allí, Carlos Flores y otros tres espeleólogos iniciaron el pasado sábado el descenso al interior de la cavidad, donde hicieron un desnivel de unos 200 metros y aseguraron la escalada de 98 metros. Hoy ha entrado un segundo equipo, encargado de hacer el descenso hasta los 500 metros, poner los dos primeros sensores de gases e instalar uno de los tres vivac que está previsto situar a lo largo del descenso.

A partir del 14 de agosto, otro equipo se encargará de bajar a 750 metros y montar allí otro vivac, al igual que se intentará hacer a 1.300 metros con el objetivo puesto en hacer punta antes del 20 de septiembre.

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