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Tiempo de estío en Tejares
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EMOTIVO RECORRIDO POR EL BARRIO TRANSTORMESINO (Por Jacqueline Alencar)

Tiempo de estío en Tejares

Actualizado 05/08/2015
Jacqueline Alencar

Vivir a orillas del Tormes es toda una bendición, ya que estás en la ciudad y al mismo tiempo estás en el campo (GALERÍA DE FOTOS)

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Seguimos disfrutando del verano en mi barrio de Tejares, a orillas del río Tormes. Seguimos prometiéndonos fidelidad cada estación. Y él lo cumple transformándose y acicalándose para contentarnos. Por momentos parece que estás en medio del trópico verde, exuberante, como si fueran los ríos Tahuamanu, Abuná y Mamoré que surcan Bolivia; o el Tambopata y el Madre de Dios, en Perú; y por otros, la lluvia y la niebla del verano te transportan al norte de Iberia... Un amigo nos contaba antaño que no necesitaba viajar para disfrutar de remotos lugares... Hoy lo comprobamos Alfredo, José A. y yo. A ratos me imagino en medio del río acompañada por todos aquellos que huyen de sus países por motivos económicos, políticos, religiosos (muchos cristianos están siendo asesinados y perseguidos). Te ves en medio del Mediterráneo intentando ponerte en su piel, ser su voz, su palabra. Ya lo dijo Cristo: "En el mundo tendréis aflicción...". Más tarde pareciera que nos encontramos en las fértiles orillas del río Nilo.

[Img #375774]Vivir a orillas del Tormes es toda una bendición, ya que estás en la ciudad y al mismo tiempo estás en el campo... y al fondo, para no escatimarte en nada, se ve la dorada piedra de las cúpulas de la catedral, de la Cleresía, de la Purísima. Y das gracias y te acuerdas de un Salmo que dice: "Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos; van entre los montes; dan de beber a todas las bestias del campo; mitigan su sed los asnos monteses. A sus orillas habitan las aves de los cielos; cantan entre las ramas. Él riega los montes desde Sus aposentos; del fruto de Sus obras se sacia la tierra. Él hace producir el heno para las bestias, y la hierba para el servicio del hombre, sacando el pan de la tierra [...] Todos ellos esperan en ti, para que les des su comida a su tiempo... A mi Dios cantaré salmos mientras viva".

Doy una vuelta por el río y ya tiene otro paisaje, el de las aves que se dejan acariciar por sus murmullos: patos salvajes, cormoranes... Hacia él llegan sedientos los vencejos, las golondrinas, las palomas, las garzas. No se preocupan por el mañana ni están ansiosos porque su Creador les provee de lo necesario y los viste con bellos ropajes para cada etapa. Hay una garza que no se ha marchado, sigue ahí, bella, blanca, con el cuello erguido, disfrutando de los peces.

[Img #375776]Y volvemos a Tejares, con su pequeña plaza, la farmacia, la peluquería de Noelia, Cárnicas Don Daniel; el quiosco Don Miguelón y el de Pablo. El pequeño supermercado Gama. Con su iglesia donde anidan las cigüeñas. Sus dos cafeterías: Cuatro hermanas y Bili donde puedes degustar una chanfaina o tapas típicas. La gasolinera, donde encuentras pan calentito por las mañanas. Tejares con su carretera transitada por los vehículos que se dirigen a Ciudad Rodrigo o a lugares del territorio lusitano. Antes de convertirse en un barrio de Salamanca era un pueblo más de la provincia, con sus casitas bajas, de las que quedan algunas para recordarnos épocas cuando se lavaba en el río, como me lo ha contado uno de mis vecinos de barrio con el que nos saludamos en la parada del autobús. Y también había hambre. Queda su molino que siempre ha estado ahí, desde los tiempos del Lazarillo de Tormes, dicen... Yo me lo creo. Siempre nos ha gustado pasear por ahí, oyendo el sonido del agua al caer, y pisar lo que queda de camino de tierra, imaginándote el dorado de las espigas que otrora ondeaban en los campos.

Pero el tiempo pasa y todo cambia aunque nos resistamos a ello. Lo importante es que Tejares es un barrio tranquilo y apto para vivir, aunque algunos, que no lo conocen bien, digan que no es un buen barrio. De día y de noche te sientes seguro. Y esto no me lo estoy imaginando.

Hace poco se ha restaurado la Casa de la Cultura, donde se llevan a cabo numerosas actividades en la que participan los vecinos. He tenido la oportunidad de asistir a la representación de una pequeña obra de teatro organizada por gente del barrio con motivo de las fiestas del lugar.

[Img #375777]En el barrio también residen inmigrantes como nosotros, oriundos de Bolivia, Ecuador... pero que ya sentimos este terruño como nuestro, albergándolo en la mitad de nuestro corazón. Muchos se han marchado debido a la crisis, los despidos, el bajón de la construcción. Otros se quedan esperando mejores tiempos. Mientras, los sabores latinos se mezclan con los charros.

Es increíble, en Tejares hasta te sientes que estás en Mallorca cuando alguna vez entras en el restaurante "Cala Fornells" y degustas alguna tapa mallorquina. Ni siquiera tienes que desplazarte.

No hay que hacer publicidad porque no es necesario, pero diré que mi barrio es tan tranquilo que en las noches puedes oír cómo respiran los mosquitos. No se asusten, quedan pocos. Y por las mañanas, al ver el río y la isla que flota en sus aguas, y las bandadas de pájaros que lo sobrevuelan, buscando su fuente de agua viva, no puedes contenerte y de nuevo das gracias al creador de todo por compensarte regalándote esa vista maravillosa. Y te imaginas que tu piso de 70 metros cuadrados es un palacete, y que la brisa del río es un aire acondicionado natural porque eso no lo tiene cualquiera. Y te sientes privilegiado pues te acuerdas de los que viven en las calles, en los cajeros automáticos, en las pateras, cayucos... Y en las cárceles de Bolivia o Perú, donde hasta residen niños.

Y nos acordamos que hace unos días se celebró el Día mundial contra la Trata. Según la ONU hay 27 millones de esclavos en el mundo, y los niños constituyen la mitad de las personas traficadas. Dan escalofríos con solo leer estos informes. Y te sientes más privilegiado.

[Img #375773]Tejares está comunicado por dos líneas de autobuses, la 1 y la 11. Te llevan al centro de la ciudad y también hacia Buenos Aires, un barrio lindo pero con problemas que requieren una mayor atención por parte de las instituciones. Cerca de él están las piscinas de Tejares.

Y sigo contándoles que Tejares tiene algo especial. Después de 21 años gozando de su hospitalidad, en este barrio hemos crecido, madurado; aquí nació y se convirtió en universitario nuestro hijo. Tenemos buenos vecinos, amables y solidarios; algunos participan en la operación de envío de cajitas de regalo para niños del Sáhara y Guinea Ecuatorial en Navidad. En este barrio nos sentimos inspirados para reflexionar y escribir.

[Img #375778]El mundo ha venido a Tejares para verlo; escritores y amigos de otras latitudes quedaron extasiados por la belleza de su río. Así quedaron Gonzalo Rojas, Carlos Contramaestre, Alejandro Romualdo, Titín Molina, Cláudio Aguiar y Célia, Víctor y Françoise. Alexia, Rosa, Alfredo y Betita. Paulo, Carlos, Walter, Loren, Margareth, Mari de Morón, Emilio Mozo, Mª Elena, Luis y Marta. Rodolfo Izaguirre y Belén Lobo, Alexis Márquez, Anaida y Luis rivera-Pagán, Joseph Kodio, Hortense Sime, Judicael, Laura, Anne, Melissa, Mozart, Dulce, Vanderley, Iara, Lih, Josiel, Caesar, Alyssa, Ángela, Kathy, Carolina, Enrique e Iraida, Angélica, Ana Lucía, Piedad Román y tantos otros cuyo nombre guardamos en la memoria del corazón.

Tanto inspira nuestro río que el poeta Luis Frayle escribió estos versos por el nacimiento de José Alfredo en 1994. Con ellos, emocionada concluyo estas sencillas apreciaciones.

PARA ALFREDO Y JACQUELINE,

EN EL NACIMIENTO DE JOSÉ ALFREDO

"Por si sola la cuna derramará

para ti blandas flores".

(Virgilio, Bucólica IV)

Ya ha estallado la luna

por los cuatro costados del río

y los espejos se van columpiando en la música

de la noche.

El amanecer fragante

de las curvas

del amoroso viento

iba dando la noticia

desde las torres doradas.

Lo vi pasar, fruto ardiente.

La isla se cubrió de cantos

de aves

que traían brisas del océano

y nieves andinas.

La ubertad del Amazonas

se instaló en la ribera

de la vieja ciudad.

Junto a la ventana

ya duerme la sonrisa

cruzada de tantos caminos.

La ternura nueva

iba buscando un nido cálido,

encontró sementera

en tierras de pan y saberes.

Aquí echó raíces la amistad

que va tejiendo un tiempo largo

entre los dedos

y abre el diálogo

que tiene siempre un hueco grande

en el recuerdo.

El acanto, la flor

para esperar con el balcón abierto.

Salamanca, agosto, 1994

Jacqueline Alencar

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