Cáritas, un pilar para las personas en riesgo de exclusión social

El repunte de las cifras macroeconómicas apenas se nota en el día a día. Pese a los discursos grandilocuentes que se escuchan desde las altas esferas, en la calle la realidad es otra. Concretamente, una que conocen de primera mano las personas que atienden a los colectivos en riesgo de exclusión social.

Es el caso de Oliva Martín, trabajadora social del programa de acogida y atención primaria de Cáritas Diocesana. "Se percibe una leve mejoría, aunque en muchos casos se debe a la intervención de los servicios públicos, y no a la creación de puestos de trabajo". Es más, según indica, ha crecido el número de personas con empleo que recurre a las aportaciones que ofrece la citada organización católica. "Hay gente con contratos laborales de tres o cuatro horas al día que recibe nuestra asistencia, porque, a pesar de que desempeñan una actividad remunerada, tienen dificultades para llegar a fin de mes", subraya Oliva Martín.

El programa de acogida y atención primaria, tal y como explican desde Cáritas, garantiza prestaciones económicas a aquellos colectivos con dificultades para hacer frente a los vencimientos de las hipotecas, a los pagos de los recibos de la luz e incluso para adquirir alimentos. Antes de otorgar las prestaciones, los trabajadores sociales estudian detenidamente cada caso. Durante el primer semestre de este año, concedieron 1.801 ayudas económicas.

Las parejas jóvenes con hijos menores conforman el grupo que más recurre al programa de acogida y atención primaria. "Son personas de entre 25 y 45 años y con hijos pequeños en sus casas", explica Oliva Martín. Familias que siguen sin ver la luz, sin encontrar empleos estables, pese al discurso sobre la recuperación económica que se escucha en todo momento. Reciben el dinero de forma puntual, no cada mes, porque muchos de ellos se acogen a las ayudas que concede el servicio público, entre ellas la Renta Garantizada de Ciudadanía. "Tratamos de redistribuir de la mejor manera nuestros recursos; si alguien percibe un ingreso de otra institución, le damos una cantidad más pequeña, en caso de que le haga falta", sostiene Olivia Martín.

También los fondos de Cáritas se destinan a las familias monoparentales. En el 99% de los casos, según indica Olivia Martín, suelen estar encabezadas por mujeres mayores de 45 años. "Rara vez por hombres", destaca. Un colectivo que se ve obligado a sacar adelante a sus hijos, en muchos casos, sin la implicación de sus exparejas. Por lo tanto, han de trabajar un número de horas considerable al día, lo cual les impide a veces atender las demandas de sus hijos. "Intentamos que puedan compaginas sus empleos con la vida familiar", afirma Olivia Martín.