Región Leonesa, geriátrico de España

El pasado domingo, 26 de julio, se ha celebrado el 'Día de los Abuelos' y, fruto de ello, me he decidido a escribir esta semana sobre el elevado nivel de envejecimiento con que cuenta nuestra provincia. Y es que Salamanca es una de las provincias más envejecidas de España y, de hecho, se encuentra dentro de las cinco que encabezan este triste ranking, copado por León, Zamora, Salamanca, Orense y Lugo.

Ni que decir tiene que la tasa de vejez (el porcentaje de mayores de 65 años sobre la población total) se ha disparado en las tierras salmantinas en los últimos lustros, fruto de la emigración al exterior de nuestros jóvenes. Así, si en 1998 esta tasa era del 21'54% en Salamanca, el padrón de 2015 la sitúa ya en el 25'49%. De esta manera, el progresivo envejecimiento que ha sufrido nuestra provincia ha provocado que nos hallemos en un podio dentro de la autonomía en el que antes no estábamos. En 1998 las provincias más envejecidas de la autonomía eran Soria (26'15%), Zamora (25'97%) y Ávila (24'62%), mientras que, actualmente, este triste honor recae en las tres provincias leonesas: Zamora (29'74%), León (25'77%) y Salamanca (25'49%). En este sentido, resulta curioso que nuestra provincia haya superado en estas dos décadas la tasa de vejez de Soria y Ávila, provincias que no se caracterizan precisamente por su dinamismo económico.

Pero los resultados resultan especialmente interesantes si analizamos la comunidad de Castilla y León en base a sus dos regiones históricas. De este modo, podemos observar que la tasa de vejez que posee la Región Leonesa (26'41%) es mucho mayor que la de Castilla (22'58%), si bien el mayor deterioro en este sentido lo ha sufrido el territorio leonés, que en 1998 poseía una tasa del 22'73%, frente al 20'20% castellano.

No obstante, este declive del antiguo Reino de León no se ciñe exclusivamente a la tasa de vejez, pues si observamos la tasa de juventud (la proporción de menores de 15 años sobre el total de población) podemos deducir unas conclusiones prácticamente calcadas. Así, el padrón de 2015 nos dibuja una Región Leonesa con una tasa de juventud (10'89%) mucho menor que la que posee Castilla (12'90%), hecho que resulta paradójico si tenemos en cuenta que en 1998 las tasas leonesa (12'60%) y castellana (12'93%) eran muy similares.

Cabe señalar que en 1998 las regiones que poseían una menor tasa de juventud en España eran Asturias (11'26%) y el País Vasco (12'29%). Sin embargo, el padrón de 2015 nos muestra que en la actualidad el País Leonés es ya la región con peor tasa de España (10'89%), habiendo superado a ambas en falta de jóvenes, seguida por Asturias (10'96%) y Galicia (11'92%) en el ranking, y muy lejos de la media española (15'04%).

Ciñéndonos al ámbito provincial, el índice de Salamanca en 1998 era del 12'88%, siendo actualmente del 11'77%. Entonces Salamanca era la quinta provincia con menos jóvenes de la autonomía y actualmente, es la cuarta. El ranking negativo en este sentido lo encabeza Zamora (9'64%), que no llega ni tan siquiera al 10% de tasa de juventud, seguida de León (10'75%). Salamanca, que en 1998 poseía prácticamente la misma tasa que Valladolid (12'88% para Salamanca y 12'89% para Valladolid), se ha distanciado enormemente de la provincia pucelana, y es que el padrón de 2015 mostraba unas amplias diferencias en este sentido entre Salamanca (11'77%) y Valladolid (13'51%), con una proporción de juventud mucho mayor en esta última.

En cuanto al partido judicial de Vitigudino, somos la zona más envejecida de la provincia, arrojando una tasa de juventud bajísima (6'25%) y una muy elevada tasa de vejez (38'94%). Son tres los municipios del partido (Cerezal de Peñahorcada, Peralejos de Arriba y Villarmuerto) en los que no hay registrado ningún menor de quince años en el padrón, situándose todos los municipios salvo tres (Barceo, Villar de Samaniego y Vitigudino) por debajo del 10% de la tasa de juventud, y más de la mitad por debajo incluso del 5%. En cuanto a la tasa de vejez, hay nueve municipios por encima del 50%, siendo el caso más extremo el de Cerezal de Peñahorcada, donde del total de empadronados el 75'9% posee más de 65 años. En el lado opuesto, apenas tres municipios consiguen situar su tasa de vejez por debajo del 30%, caso de Vitigudino, que es el municipio más rejuvenecido o, mejor dicho, el menos envejecido del partido judicial.

No debe extrañarnos, por tanto, el hecho de que el conocido como 'País Leonés' se haya convertido en la región más envejecida no sólo de España, sino de toda Europa, pues si cruzamos los índices que otorgaba el Eurostat en 2014 con los del INE, podemos observar que el índice de envejecimiento (proporción que suponen los mayores de 65 años respecto a los menores de 15) para la Región Leonesa era en 2015 de 242'39%, siendo el peor de todas las regiones europeas, seguido de la italiana Liguria. En España, tras el territorio leonés, las regiones más envejecidas son Asturias y Galicia, casualmente vecinas de la leonesa y que, en el caso gallego, circunscribe su alto envejecimiento a las dos provincias que lindan con la Región Leonesa (Lugo y Orense).

Por otro lado, un amplio envejecimiento también acarrea un alto índice de dependencia estructural en ancianos (proporción de mayores de 65 entre el sector de población entre 15 y 65 años) que, en el caso del antiguo Reino de León, era también el más alto de España en 2015, en tanto que se situaba en el 42'12%, muy por encima de Galicia (37'48%) y Asturias (37'01%), que nos seguían en el ranking y, desde luego, por encima del 34'99% que poseía la parte castellana de la autonomía, así como de la media española (27'64%).

Llegados a este punto, es difícil plantear una solución a la falta de juventud que poseemos. Que los leoneses seamos los líderes en envejecimiento no ya de España, sino de toda Europa, es un triste hecho al que hay que intentar ponerle solución cuanto antes. En el ámbito personal debemos empezar por valorar más nuestra tierra, invertir en nuestros pueblos, en la zona, valorar nuestros productos y consumir siempre que podamos aquellos realizados en nuestras comarcas, que son los que dan trabajo a la gente que mantiene vivos nuestros pueblos. Pero, evidentemente, las grandes soluciones solo pueden proceder de esferas más altas. El Plan del Oeste pudo ser un inicio para igualarnos al resto de España en infraestructuras que nos hiciesen más atractivos a la inversión, pero todavía estamos esperando que se implemente, ya que el proyecto se abandonó ante la desidia de los diversos gobiernos centrales y autonómicos que se han sucedido desde que fue planteado, independientemente de su color político.

Por otro lado, los índices socio-económicos vienen indicando que a Salamanca no le ha ido demasiado bien con la actual configuración autonómica. Desconozco si con una autonomía propia de la Región Leonesa nos hubiese ido mejor, aunque ésta conllevaría necesariamente que los funcionarios autonómicos estuviesen íntegramente en estas olvidadas provincias del Oeste, creando consumo y economía en Salamanca, Zamora y León. Este hecho facilitaría en cierta medida poner freno al envejecimiento, pues supondría inyectar a nuestra pirámide poblacional personas en edad laboral que, en muchas ocasiones, poseen hijos o son propensos a tenerlos, lo que reduciría la tasa de vejez y aumentaría la de juventud. En todo caso, parece difícil que en este viejo y envejecido reino, uno de los que dieron carta de naturaleza a España, el león ruja por los propios achaques de la edad.