La fruta, aliada de los salmantinos frente a la ola de calor

Es verano, pero este se parece poco a los anteriores. Hay que echar la vista atrás para recordar una ola de calor similar a la que en estos momentos sacude a la capital. El sol golpea con una dureza pocas veces vista. El mercurio se niega a bajar de los 40º y ni siquiera el agua mitiga la sensación de asfixia que se ha adueñado de los salmantinos. Por eso es imprescindible cuidar la alimentación, cambiar los hábitos culinarios de otras épocas del año. Se trata de dar un giro de 180º, buscar un soplo de aire que contribuya a mejorar la calidad de vida y ayude a combatir la ira de los termómetros a lo largo de estos meses.

Lo sabe Carmen García, una salmantina de mediana edad que visita con frecuencia el Mercado Central y que en estas fechas no duda en llenar el frigorífico de fruta. "Compro melones, sandías y melocotones", asegura. Prefiere la comida ligera durante los meses de julio y agosto y huye de las legumbres. "El cocido, mejor en invierno", sostiene. Y al ponerse delante de los fogones para elaborar un plato de carne tiene claras sus preferencias: "Ahora apetecen más los alimentos a la plancha, los guisos los dejo para cuando hace más frío", subraya. Además, para combatir el calor, recurre al gazpacho, una mezcla de tomate, pimiento, pepino, aceite, ajo y vinagre que nunca falta en los frigoríficos de los salmantinos durante el período estival. Por otra parte, tanto en agosto como en enero, se muestra poco partidaria de hacer dietas: "No funcionan, es mejor apostar por una alimentación equilibrada antes que perder un peso que después se recupera con facilidad".

En verano, la ensalada ocupa un lugar privilegiado en la mesa de Manuel Pascua, un salmantino al que no le hace falta ningún dictado gastronómico para mantenerse en forma. Ahora deja a un lado los platos calientes y opta por la verdura. Y al final de cada comida, por una pieza de fruta. "Con este tiempo, el cuerpo te pide ingerir algo fresco", recalca.

Coinciden los gustos alimenticios de Carmen y Manuel con los de Mayte Matías, una mujer de mediana edad que reside en Salamanca desde hace años. A lo largo de unos meses, se olvida del arroz, de las legumbres y de la pasta, y prepara comidas ligeras. Le encanta la ensalada y, por supuesto, su nevera está repleta de fruta. "El melón y la sandía son alimentos básicos en estos momentos", dice. Detesta las dietas, ya que, a su juicio, carecen de efectividad. "A largo plazo, consigues lo contrario, acabas ganando peso", defiende.

El incremento en las ventas del melón y de la sandía lo percibe Cándido González, propietario de una frutería en el Mercado Central. Aunque reconoce que en la actualidad hay poco ajetreo en su negocio. Es verano y los salmantinos se han marchado de vacaciones. Después, en septiembre, los clientes se agolparán en su puesto. Pero en ese momento la fruta con más tirón en los meses estivales ya le habrá cedido el testigo a otros alimentos, concretamente a las manzanas y a las peras.