Una joven cernícalo deja de cernirse para explorar el mundo a sus pies

Una pequeña cernícalo primilla, en la adolescencia de su vida de pájaro, ha querido bajar para inspeccionar lo que desde el cielo se cernía bajo sus alas, y como todos los adolescentes, curiosa y ajena al peligro que se le avecinaba, por la presencia de unos cuantos mininos pendientes de sus movimientos en tierra, me mantuvo en vilo hasta que la vi remontar el vuelo hacia las alturas del edificio, donde seguramente tenía a una madre preocupada esperándola.

Todas las aves de presa, y entre ellas el Cernícalo, están protegidas por la ley durante todo el año, a esta se la considera útil contra los ratones, ratas, topillos e insectos.

Debe su nombre a su característico vuelo, cerniéndose sobre el mismo lugar en el aire, con la cola extendida en abanico y con fuertes aleteos, mientras otea el suelo en busca de presas. Anida en pequeñas colonias sin construir nido, preparando su habitáculo en pequeños huecos y cavidades de edificios, tejados y acantilados, prefiriendo la proximidad humana, curiosa preferencia?

Pone sus huevos de abril a junio, cuatro o cinco redondeados huevitos de color rosa con marcas rojizas claras y los incuban durante unos 28 días, compartiendo la tarea ambos progenitores, aunque no a partes iguales, en este caso también es la hembra la que lleva la mayor parte del trabajo. Una vez roto el cascarón, el macho va primero en busca de comida para los polluelos, aunque al poco tiempo la hembra también tiene que contribuir llevando el alimento a casa, para que los polluelos crezcan cuanto antes y puedan volar unos 29 días después.

La hembra del Cernícalo Vulgar y del Cernícalo Primilla, son bastante similares, pero una de las características que las diferencia, es que en la primera, sus uñas son negras, mientras que en la segunda son blancas, en el caso del que nos ocupa, al ser un ave joven es aún más difícil de identificar, pero me inclino a pensar, por la coloración que va tomando la punta de las uñas, que se trata de una Primilla, evaluando también el entorno en el que fue avistada el ave.