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Afrodisio Hernández, ‘Afro el Montijo’: Encina Charra 2015
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RECIBIRÁ EL PREMIO ESTE SÁBADO

Afrodisio Hernández, ‘Afro el Montijo’: Encina Charra 2015

Actualizado 18/07/2015
Antonio Risueño

La Fiesta de la Charrada de Ciudad Rodrigo entregará al tamborilero de La Ribera el premio de la Encina Charra

[Img #359900]La Fiesta de la Charrada de Ciudad Rodrigo, nunca es igual. Cada año se dan cita para actuar y para disfrutarla, amantes del folclore de cualquier punto de la región e incluso de fuera de ella. Esta diversidad la marca de forma determinante la persona que recibe el premio de la 'Encina Charra'. Cada año es reconocida una persona diferente, con trayectorias diferentes, sensibilidades distintas; pero un denominador común: la pasión y dedicación al Folclore popular.

Hablar de Afrodísio Hernández, 'Afro el Montijo', es referirse por encima de todo a un hombre de campo, un aguerrido labrador que hizo de su entorno natural su vida. Nació en ese pueblo por el que no se pasa, se va: Mieza de la Ribera. Aprendió junto a sus padres y sus hermanos José y Evaristo a luchar el sustento, en aquel duro rincón de las Arribes de Duero salmantino.

Los trabajos diarios, la brega de un terreno escarpado y no siempre fértil, el esfuerzo que había que hacer hasta para hablar, pues el constante ruido que hacia él, ahora embalsado 'Cachón del Duero', obligaba a dirigirse a voces al compañero de trabajo.

Un trabajo arduo que consistía en cuidar con esmero los árboles frutales o de otro tipoy los cultivos de huerta, y así también doblarse 'como una morcilla', para apañar aceitunas o almendras. Para aquella gente, el sustento estaba muy abajo. Lo que hacía que tras el duro trabajo, siempre había varios kilómetros de empinada caminata hasta que llegaban al Pueblo. Un pueblo que a mediados del siglo pasado estaba lleno de vida. La producción agraria favorecía el arrierismo, la venta ambulante y la vida de horizontes nuevos.

Un pueblo alegre, que celebra sus fiestas a ritmo de tamboril y gaita; y bailes de la bandera. Un mundo que en su adolescencia y juventud se cerró a Afro. Había que trabajar.

Afro, al casarse no abandonó sus raíces, pero cambió de pueblo. El rayano pueblo Vilvestre a parte de regalarle, en Tere, una eterna compañera; le abrió nuevos y ciertos horizontes de vida. Su tenacidad le fue ayudando a crecer en una agricultura y ganadería más avanzadas, le dejaron ganarse el pan y sacar a delante a sus dos hijos. Creciendo desde la constancia y las ganas de aprender nuevas sendas de futuro.

Afro es un hombre alegre, pero sin aspavientos y por ello humilde. Esas dos características le metieron en el folclore. Su alegría le pedía dar fiesta sin más y su humildad le permitió, dejarse enseñar a tocar la gaita y el tamboril por una persona mucho más joven que él; Francis Román de San Felices de los Gallegos, que el tiempo lo hizo su sobrino. Así se hizo Afro tamborilero: casi tres décadas dando fiesta, enseñando a jóvenes y niños los bailes arribeños del paleo, la bandera?Y sin dejar de aprender. Enhorabuena Afro te has ganado lo que eres: una Encina que como tú, es importante en su tronco y ramas, por sus raíces.

ANTONIO RISUEÑO

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