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Alemania frente a Grecia
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DESDE GUADRAMIRO

Alemania frente a Grecia

Actualizado 12/07/2015
Carlos Javier Salgado

CARLOS JAVIER SALGADO FUENTES / Doctor en Ciencia Política y de la Administración por la USAL

[Img #353902]Este mes se ha iniciado con una rotunda victoria del "no" de Grecia en el referéndum sobre si este país debía aceptar las condiciones propuestas por la UE y el FMI, proceso de votación que transcurrió envuelto en un mensaje de miedo, casi de amenaza, por parte de las autoridades europeas y del FMI. Curiosamente, una de las posiciones más duras se ha venido manteniendo desde Alemania, país que quizá no sea el más indicado para imponer condiciones a Grecia en este sentido, en vista de su historia reciente.

Y es que, el 27 de febrero de 1953, se firmó en Londres un acuerdo en el que se aceptó una quita del 62,6% de la deuda externa de Alemania por parte de sus países acreedores, entre los que se encontraba, precisamente, Grecia. Este hecho resultó a la postre decisivo para que la República Federal Alemana pudiese empezar a crecer económicamente y convertirse en la potencia económica que es en la actualidad.

En dicho acuerdo, los países a los que Alemania debía dinero no sólo se limitaron a perdonarle casi dos tercios de sus deudas (que por cierto, acabó de pagar hace menos de cinco años, el 3 de octubre de 2010), sino que se comprometieron también a otra serie de medidas que favorecían el crecimiento alemán. Así, acordaron facilitar la exportación de los productos alemanes para que el país germano pudiese mejorar su balanza comercial, a la par que se comprometieron a reducir sus importaciones a dicho país en los bienes que Alemania pudiese producir por sí misma, fomentando así la producción en el país germano y la puesta en marcha de una industria propia que conllevase una reducción de su, por entonces, alta dependencia del exterior. Asimismo, en el Tratado de Londres se acordó que el pago de deuda al año por parte alemana no superase en ningún caso el 5% de sus ingresos por exportación.

Pero si estos condicionantes favorecieron el desarrollo de la Alemania occidental, no fue menos importante para este país la lluvia de millones que le supusieron las ayudas recibidas a fondo perdido por parte de Estados Unidos a través del Plan Marshall (entre 1948 y 1952) y del USAID (entre 1954 y 1961), que representaron 1.200 y 200 millones de dólares de la época respectivamente, lo que traducido a la moneda actual ascendería a un montante de cerca de 11.000 millones de euros.

En 2009 ascendían a 900.000 millones de euros los activos tóxicos que poseían los bancos alemanes en los países de la periferia europea

En este sentido, hay profundas diferencias con las propuestas que Alemania y el resto de socios europeos están abanderando para Grecia. En el caso actual, no se recoge ningún tipo de relanzamiento de la economía griega en lo que a importaciones y exportaciones se refiere (al contrario de lo ocurrido con Alemania en 1953), los tribunales griegos no pueden rechazar las sentencias de tribunales externos respecto a la deuda griega (algo que sí se le permitió a Alemania en el Tratado de Londres, siempre que alegase cuestiones de orden público), los denominados "rescates" no han logrado reducir la deuda griega con otros países, y se intentan imponer las privatizaciones de servicios (incluidas las de sectores estratégicos) que favorecerían a inversores extranjeros. A ello habría que sumar la circunstancia de que el Banco Central de Grecia no puede prestar dinero a su gobierno, al competer esto únicamente al Banco Central Europeo.

Por otro lado, hay que resaltar que los bancos que más dinero han prestado a Grecia han sido mayoritariamente franceses y alemanes. A finales de 2008 del total de títulos de deuda griega el 26% pertenecía a bancos franceses, el 15% a alemanes, el 10% a italianos, el 9% a belgas, o el 8% a neerlandeses y luxemburgueses. Cabe indicar en esta línea que en 2009 ascendían a 900.000 millones de euros los activos tóxicos que poseían los bancos alemanes en los países de la periferia europea.

No obstante, en vez de que éstos se hayan visto castigados con la perdida de parte de sus inversiones por actuar con imprudencia e irresponsabilidad, desde la troika (es decir, la entente formada por las instituciones europeas y el FMI) se ha seguido la siguiente lógica: 1) Los bancos de Europa central han prestado dinero a Grecia. 2) La Unión Europea presta dinero a Grecia para que devuelva dichos préstamos. 3) Grecia devuelve dichos préstamos a los bancos de Europa central. 4) La deuda de Grecia con los bancos se desplaza a deuda con la Unión Europea y sus países. En definitiva, gana la banca y pierden los Estados, los ciudadanos de a pie. Por su proceder, parece que el único interés que se ha seguido desde la Unión Europea y el FMI ha sido, por tanto, el de garantizar el reembolso de los préstamos de los bancos y sus intereses, decisión en la cual quizá resultó decisivo que los bancos más afectados fuesen de Francia y Alemania.

La crisis griega ha acarreado un desplazamiento de los flujos de capital desde los países de la periferia europea (Grecia, Portugal, España, Irlanda,?) hacia los países centroeuropeos

En todo caso, la crisis griega (y de la periferia europea en general), ha acarreado un desplazamiento de los flujos de capital desde los países de la periferia europea (Grecia, Portugal, España, Irlanda,?) hacia los países centroeuropeos, que gracias a ello han pasado a financiarse a un coste más bajo. Cabe indicar como ejemplo Alemania, donde el bono a 10 años tenía un tipo de interés del 3,4% a inicios de 2010 y mediado 2012 se situaba en el 1,4% (es decir, en dos años y medio Alemania redujo en un 59% su coste de financiación). Así, se estima que entre 2009 y 2012 la financiación a un menor coste que consiguió Alemania, favorecida por la crisis de la Europa periférica, le supuso un ahorro para sus arcas estatales de más de 60.000 millones de euros. A ello hay que sumar un hecho trascendental como es que en los préstamos a un plazo más corto (como los bonos a seis meses) Alemania haya llegado incluso a dar un tipo de interés negativo, es decir, a tener que devolver a los inversores menos del dinero prestado.

Sea como fuere, la situación geoestratégica de Grecia no es la que poseía Alemania occidental tras la Segunda Guerra Mundial. Entonces, la Guerra Fría aconsejó a los países ubicados en la órbita de Estados Unidos a perdonar a Alemania sus afrentas y deudas, ya que una mala situación económica en la Alemania occidental podría haber provocado su paso hacia el bloque comunista que encabezaba la Unión Soviética, posibilidad que atemorizaba a EEUU y sus aliados. En todo caso, no estaría de más que desde Alemania tuviesen más memoria de su pasado. El historiador Karl Heinz Rotz estimó en más de 100.000 millones de euros actuales la deuda que la Alemania nazi dejó a Grecia (país que invadió entre 1941 y 1944), de los cuales, entre perdones y ausencia de ayuda de cara a enmendar los destrozos creados por su invasión, apenas llegó a reparar menos del 2%. Por tanto, no debería ser Alemania quien exija a Grecia.

No obstante, el problema en Alemania se cierne sobre las ganancias de las altas élites. En 2008 el 50% de la población alemana poseía apenas el 1% de su riqueza, mientras que el 10% más rico poseía el 53% del total. La mayor parte de la población alemana no ha invertido en bonos de deuda griega, la mayor parte de los griegos tampoco se ha enriquecido en los años más prósperos. Sin embargo, y tristemente, los duros recortes que se han llevado a cabo en Grecia han empobrecido más aún a los trabajadores, parados y pensionistas griegos, a la par que han puesto a la defensiva a los trabajadores del resto de países de Europa, que al ver el panorama existente en el país heleno han renunciado a reclamar mejoras salariales una vez que la zona euro ha vuelto a crecer, incluidos entre ellos los alemanes. Las élites juegan al ajedrez financiero mientras nosotros, peones, somos los primeros en caer en la partida.

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