Jueves, 09 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
In dubio pro... amordazado
X

In dubio pro... amordazado

Actualizado 10/07/2015
Luis Miguel Santos Unamuno

Tengo sentimientos encontrados con respecto a la nueva Ley de Seguridad Ciudadana que sus detractores han renombrado como Ley mordaza acertando de pleno en su intento de descalificarla. (Hay que reconocer que a veces un buen apelativo bien -o mal- puesto, por su sonoridad, no siempre por su precisión, hace más daño que un análisis concienzudo. Que se lo pregunten si no a los embotelladores del agua de Solares que cayó en desgracia en los años 70 y a todos los que recibieron un sambenito.)

[Img #354415] Por un lado cualquier restricción de derechos de los ciudadanos es lamentable y en todo caso debe ser realizada con una redacción cuidadosa de la Ley, que permita pocas arbitrariedades y sin más términos ambiguos que los necesarios para poder ser aplicada a situaciones novedosas o difíciles de prever. Y parece ser que esta Ley deja demasiado a la imaginación, al contrario de lo que se suele decir de los vestidos de algunas modelos. Me gustaba el principio del In dubio pro reo que ahora parece caer en desuso.

Pero por otro me parece excesiva la desconfianza en los funcionarios que están investidos de autoridad de los que parece darse por hecho que se van a extralimitar. Es la consecuencia de la lógica preocupación que ha perseguido al género humano desde que nos organizamos como sociedad (ya en las previsiones de La República de Platón) y que se centra en otro latinajo: Quis custodiet ipsos custodes. Ya expresé mis cautelas en un artículo aquí mismo, y perdón por la autocita, con el título de Malos tiempos para la policía.

En los inicios de la tramitación parlamentaria me topé con viñetas de humoristas a los que admiro subiéndose al carro de la crítica ridiculizando a los agentes de cualquier tipo de autoridad a los que presentaban multando por cualquier disparate como suspirar u ordenando, porque sí, cosas abusivas: "usted deposita piernas y brazos en la bandeja porque yo lo digo y yo soy la autoridad". No me parecieron reales. Claro que soy parte interesada porque me ha tocado vivirlo de cerca en el contexto educativo. Como director hube de enfrentarme a situaciones que exigían restringir derechos a ciertos alumnos (de asistencia a clase, de disfrute de actividades, etc.) precisamente para posibilitar a sus compañeros el ejercicio de otros derechos (a recibir clase, a que fuera respetada su integridad física o sus propiedades, etc.). Al ser las normas tan garantistas (menos mal) era condenadamente difícil llevar a término lo que todos veíamos con claridad. Y en más de una ocasión un padre airado me espetó que no había pruebas (sic), que era la palabra de su hijo contra la del profesor y que ambas valían lo mismo. Uf!

Volviendo a lo que no me gusta de la nueva ley debería aludir a los posibles ficheros de personas controladas por la policía que acabarían convirtiéndose en listas negras que provocarían discriminaciones por motivos ideológicos. ¿Listas negras? Ya hay demasiadas me dice un amigo muy contrario a la ley. Pero, ¿por motivos ideológicos?. Pero si es lo que hacemos cada vez que votamos en unas elecciones, si los candidatos honestos buscan atraer electorado mostrando sus cartas ideológicas. Cojan ustedes esas papeletas de color sepia o blanco que se amontonan en las cabinas electorales -y luego en las papeleras- y ya tendrán confeccionadas sus listas negras de cada partido con respecto a los otros partidos. Otra cosa, y eso no depende de esta ley, es que luego se restrinjan derechos a esas personas: no poder acceder a una vivienda de protección oficial, ser postergados para una plaza escolar, perder su puesto en una lista de espera para una intervención quirúrgica. Y eso sería cometer un delito pero no referente a esta ley. Se llama prevaricación y abuso de autoridad. Pero yo ahí me pongo del lado de esas llamadas autoridades porque no creo que esté en el ánimo de un policía decir que se ha saltado un stop alguien que no lo ha hecho. Si a mí me vienen a decir que cometa una arbitrariedad contra un alumno o un profesor por el motivo que fuera (¿quién podría decírmelo?) dimito al día siguiente. Y si no lo hago y lo hago (cometer la arbitrariedad) entonces sería indigno de ese cargo, o de ese puesto de funcionario con autoridad. Y espero que se me acuse y enjuicie, pues que caminos hay para ello y los seguirá habiendo a pesar de esta ley.

En fin, me preocupa esta deriva hacia la suspicacia en un mundo en el que estamos condenados a convivir, Y por lo que leo la crítica se hace ad hominem, o más bien ad partitum pues es el partido del gobierno el que está en la diana (al fin y al cabo con su mayoría es el que ha sacado adelante esta ley). No creo que yo llegue nunca a votar al PP, mis ideas sobre la economía, la educación, el aborto, la inmigración, etc. están en las antípodas de las suyas, pero acepto que mucha gente las comparte y mi intención será convencerles con argumentos, no descalificándoles. Me preocupa esta inquina hacia un partido al que apoyan millones de personas, esta creencia asentada de mis compañeros de izquierdas de que la gente de derechas son unos indeseables.

Lo que creo es que si desconfiamos así de los que están para servirnos en lo público, previendo que abusarán de manera indubitable de su poder (personalmente desconfío más de los dirigentes políticos, sean del color que sean, que dicen, con cara de estar diciendo una obviedad, que van a desobedecer las leyes que consideren injustas y olé) pues es lógico que nos indignemos ante esta ley y consideremos importante tener canales para la protesta, para no sentirnos amordazados a la hora de defender nuestros derechos. Pero ¿lo normal es que tengamos que defender nuestros derechos porque las figuras de autoridad nos los querrán conculcar?, ¿de verdad es eso lo normal? Nos estamos volviendo locos.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...