"Las consecuencias no pueden ser más duras y dolorosas; poco a poco, en un goteo permanente van abandonando el barrio familias que nunca hubieran pensado llegar a esta situación"
Los problemas derivados del tráfico de droga y la delincuencia no se han atajado en el barrio salmantino de Buenos Aires, a pesar del frente común que parecían haber hecho las instituciones, hace un año, tras las repetidas reivindicaciones de los vecinos. Sin embargo, según denuncia el párroco, Emiliano Tapia, nada ha cambiado y, de hecho, ya son numerosas las familias que no aguantan la situación deciden irse a vivir a otros lugares.
Artículo de Emiliano Tapia para SALAMANCArtv AL DÍA
El Barrio de Buenos Aires está siendo empujado a vivir situaciones más graves e inimaginables de las que hasta ahora estamos acostumbrados a vivir. Y será sin duda una extraordinaria preocupación para Salamanca, o debiera serlo ya desde hace mucho tiempo. Y parece que esta situación no va con nadie; sobre todo con los grupos y personas que debemos asumir alguna responsabilidad.
En primer lugar los propios vecinos de buena voluntad, que llegaron al barrio hace más de treinta años y han visto diluirse y escapárseles la ocasión de disfrutar del derecho a tener un barrio donde convivir y relacionarse con total normalidad . Este grupo de vecinos ha luchado continuamente, ha reivindicado; se ha puesto a la cabeza de propuestas y soluciones; pero probablemente no ha sabido hacerlo de la mejor forma; o no se le ha sabido escuchar por quien le corresponde; o nunca se ha llegado a tiempo en la forma de afrontar cuanto de preocupante se ha ido gestando y sucediendo con demasiado consentimiento en el propio barrio. Las consecuencias no pueden ser más duras y dolorosas; poco a poco, en un goteo permanente van abandonando el barrio familias que nunca hubieran pensado llegar a esta situación, pero sienten la impotencia de encontrar en el horizonte un futuro distinto; a estas familias que contra su voluntad se ven empujadas a tomar esta involuntaria decisión, y es lo más preocupante, se les pueden unir muchas más actuando de la misma manera en un corto plazo.
La consecuencia más grave a estos hechos, en segundo lugar, cae sobre un gran número de personas y de familias que permanecen a se asientan en el barrio y van haciendo y reforzando el gueto que nadie deseamos. Muchas de estas familias, relacionadas con el desestructurador mundo del narcotráfico, se sienten atrapadas y encerradas en un preocupante e indeseable mundo antisocial y peligroso; con consecuencias indeseables sobre todo para las generaciones más jóvenes, que como las tres últimas ya no han podido asomarse a la grandeza de poder encontrar una forma de vida más humana y más digna. Parecen los vencedores de esta triste historia, pero nada más lejos; el mayor daño lo están padeciendo ellos mismos y lo seguirán sufriendo. Se podrán hacer con todas las viviendas que quieran, pero estoy convencido que este no es el mejor camino para nada. Podrán hacerse con estas viviendas, como ya han sido en muchos casos, a un precio ridículo fruto de la desesperación de otras familias que hartas quieren abandonar e irse, pero también estoy convencido que estas situaciones, demasiadas ya, no producirán más que daño.
Y quienes no viven en el barrio, y también están implicados, en tercer lugar, lo van consintiendo todo. Estos no son otros que la Subdelegación del Gobierno, la Junta de Castilla y León a través de los Servicios de Fomento o de Educación y el Ayuntamiento de la ciudad. Y lo han consentido durante décadas; y les sigue dando miedo actuar con decisión; y continúan haciendo silencio; y no ponen la voluntad necesaria; y por estas razones continuamos sin una luz de esperanza. A estas Instituciones Públicas y algunas otras provenientes del mundo de la justicia, junto con otras tantas del ámbito privado como Iberdrola, algún Banco, Repsol o Aqualia; hacemos culpables de cuanto se va sucediendo de manera indeseable cada vez con mayor rapidez. Y si algo se ha hecho, ¿no nos estamos dando cuenta todos que la realidad no cambia, antes al contrario, cada vez es más preocupante y parece que en muchos aspectos ya no tiene vuelta atrás? Pueden estar bien muchas de las medidas desarrolladas, pero la terca realidad requiere otras medidas urgentes, complementarias y por supuesto más valientes que las emprendidas hasta ahora.