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La necesidad de mejorar la comunicación en la Iglesia
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Por Jesús Navarro Ortiz, Sacerdote diocesano

La necesidad de mejorar la comunicación en la Iglesia

Actualizado 01/07/2015
Jesús Navarro Ortiz

Sobre el posgrado 'Experto en Comunicación Social' de la Universidad Pontificia de Salamanca

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Después de muchos años formando parte de la Iglesia, de haber trabajado en catequesis, pastoral juvenil, haberme preparado para ser sacerdote, y ya más de siete años más desde mi ordenación, me di cuenta de que tenía un gran mensaje en las manos y en la boca, el Evangelio, pero que no siempre me resultaba fácil comunicarlo. Constantemente he sentido la necesidad de usar todos los "medios" posibles para la evangelización y poder llegar al mayor número de personas con esta maravillosa "Noticia" que es Jesucristo. Así es como me animé a asistir al posgrado "Experto en comunicación social" de la Universidad Pontificia de Salamanca (Facultad de Comunicación).

[Img #348806]Llegué pensando en recursos, métodos y técnicas para sacar el mayor partido a los medios de comunicación. Pero lo que aquí encontré es mucho más. Solo el año pasado, en la primera mitad del curso, nos sumergieron en el mundo del diseño de blogs y páginas webs, la fotografía (ética, teoría y técnica) y el diseño gráfico. Aprendimos a escribir para internet, redactar y contar en radio y televisión, trabajar la información religiosa y a saber sacarle partido a los propios argumentos, entre otras muchas cosas. Y todo, con grandes profesionales de la comunicación (profesores de la UPSA) y responsables del mundo de la comunicación en la Iglesia en España (sin mencionar todos los recursos que ofrece la facultad).

Este año, no hemos empezado mal. Han pasado solo dos días desde que llegamos a Salamanca y ya hemos dedicado una amplia mañana a la comunicación institucional. ¿No buscamos en la Iglesia relaciones personales de calidad como las Relaciones Públicas de cualquier institución? ¿Por qué no servirnos del marketing para saber lo que nuestros fieles y no tan fieles necesitan? Ya lo decía San Agustín, que el orden lleva a Dios, por tanto, un modo de comunicar organizado e integrado debemos tenerlo en cuenta en la Iglesia, a cualquier nivel. También sobre orden, pero del tiempo, trabajamos la tarde del primer día: cómo gestionar nuestro tiempo para que sea rentable. En cuanto leí el título me acordé de las horas que habré desaprovechado "trabajando" por falta de organización. A partir de ahora, ideas no me faltarán para que no me vuelva a suceder. También me impregné de pensamientos del papa Francisco y su alegre mensaje, de Victor Frankl y su experiencia de campo de concentración; W.E. Henley y su poesía, el escritor José Mª Toro y su "Sabiduría de vivir" o "Descan-ser", y de tantos otros autores, que nos llevaron a elaborar un pequeño manual para aprender a gestionar nuestro tiempo y nuestra vida.

El segundo día parecía que iba a comenzar con unas cuantas clases de locución para radio y televisión. Pero no fue así. Lo que hemos recibido han sido clases para "seducir con la voz", que no es lo mismo, de la mano de la periodista Elsa González y acompañada de textos de Miguel Hernández, Rubén Darío, Machado o W. Whitman. Vuelvo a la idea del principio: tengo un gran mensaje en la boca, el Evangelio. No quiero arruinarlo por no saber comunicarlo bien y con pasión. No han venido nada mal esas horas.

Por último, os cuento un poco de la segunda tarde. ¿Cómo leer la prensa? Se puede hacer de muchas maneras, pero es importante que siempre lo hagamos con rigor, atentos a la posible manipulación de la información, ejercitando la libertad interior y la propia creatividad. Hay que tener mucho cuidado con la información que manejamos, la que recibimos y la que producimos. Podemos caer en la tentación de desvirtuarla o de ser transmisores de una información "manoseada". Y ya lo dijo el Señor: "si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará?".

Como escribía al comienzo de estas líneas, solo llevamos dos días de los diez que componen esta segunda parte. Espero que alguno de mis compañeros se anime a contaros algo de lo que sigamos aprendiendo. Si no, siempre podéis venir a aprenderlo vosotros mismos el verano que viene.

Jesús Navarro Ortiz

Sacerdote diocesano (Ciudad Real)

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