Patriotas radicales, patriotas

Populistas, radicales, inconsistentes, antipatriotas, extremistas, rojos?Estos términos y muchos más son utilizados contra las formaciones emergentes para contrarrestar el estrepitoso fracaso actual del bipartidismo en su gestión sociopolítica. Pero, examinados uno a uno, al final, derivan en todo lo contrario, pues el bipartidismo quiere hacernos comulgar con ruedas de molino.

Da lo mismo que los llamen radicales patriotas o patriotas radicales. Lo son? La radicalidad emana de la tensión y el convencimiento por cambiar sustancialmente la situación generada por el bipartidismo, por la casta dominante. Desde hace años a muchos como yo se nos enerva el estómago y la cabeza cuando se habla de patrioterismo, patriotas, banderitas, pulseras y cromos. Son, somos patriotas radicales o radicales patriotas, pero nada patrioteros. Nos insultan precisamente los que son radicalmente insensibles a la apestosa corrupción, a la desigualdad y a la extrema pobreza; los que nos han llevado a un desorbitado desempleo en nuestro país, sobre todo juvenil; los que nos decretan reformas laborales inútiles y nos dan precarios trabajos muy temporales y salarios de risa o de lágrimas?No somos patrioteros ni patriotas de lo que afirma, descaradamente, el gobernador del Banco de España, Linde: "patriotismo es bajar sueldos y subir impuestos". Ser patriotas no es solo colgarse una bandera -muy grande?­ ni ponerse la camiseta de la selección nacional de fútbol o baloncesto; ni gritar alocadamente ¡viva España! Nosotros defendemos el patriotismo desde el concepto de soberanía popular, en la cual las instituciones están al servicio de los ciudadanos. Un patriotismo donde el Gobierno defienda a los sectores más golpeados por la crisis. El querer estar que con "los de abajo" proviene de la creencia en defender la voluntad de transformación, de cambio más bien.

Patriotas radicales somos los que defendemos un estado de derecho más democrático, distinto del actual, sea con cambios seguros o profundos. Eso es lo que significa el término radical. Radical es también, según la RAE, algo que afecta a la parte fundamental de una cosa de una manera total completa. Radical no es sinónimo de fanatismo y sectarismo más que en la mente y en los bolsillos y cuentas corrientes de los que se agarran a sus privilegios de casta. Radical era un partido en la II República, nada radicalista, más bien de centro, fundamentalmente, liderado por Alejandro Lerroux. Luego vinieron otros tiempos y otros extremismos como el fascismo, el franquismo y el comunismo.

Los radicales o radicalistas ?y algunos emergentes menos radicales pero obsesionados en el recambio seguro? son los que han hecho revertir el caos de la situación sociopolítica española. Han puesto contra las cuerdas al bipartidismo anquilosado en los principios del Régimen del 78. Aunque se critique esta postura, la cuestión es que a muchísimos españoles ya no les satisface, últimamente, como forma de gobierno

Si no es por la radicalidad y el empecinamiento de los radicales y emergentes, los políticos e instituciones actuales no hubieran cambiado nada y seguiríamos con el "y tú más", con la corrupción galopante. Seguirían alternándose el socialismo de traje y prebendas con el neoliberalismo popular, que es lo que desean el PP y el PSOE. Por mucho que lo nieguen todos los dirigentes de la gaviota azul el PP es populista por naturaleza y definición, como lo es el actual gobierno danés conservador, derechón y populista, y otras formaciones europeas que existen en Suecia, Italia, Francia e Inglaterra. El populismo ?mal que le pese a Rajoy? no es patrimonio de sus oponentes Podemos, C´s, o a veces PSOE e IU, sino suyo, de los populares.

Nos recortaron en Sanidad, Educación y en las prestaciones sociales; nos retrasaron las jubilaciones y luego congelaron las pensiones. Nos rebajaron los salarios; destruyeron millones de puestos de trabajo, dejándonos en la precariedad o en el paro. Subieron impuestos y arruinaron a muchos ciudadanos con las estafas bancarias, y no nos ayudaron hasta que nos desahuciaron. Protestamos contra ellos y les señalamos como responsables y corruptos de la ruina del país. Y entonces nos llamaron violentos, radicales, extremistas.

Los que así insultan, no conocen el C.V. de estos "radicales" que se han dejado la piel y el dinero por el bienestar de los ciudadanos, sus correrías con la policía, sus cuitas por las comisarías y juzgados, defendiendo derechos que otros mal gestionaban y malversaban.

Los partidos dominantes del Régimen del 78 se nos ha vuelto corruptos, blandengues y neoliberales. Ahora abogan solo por un cambio maquillado (recambio reformista), falto de pulsiones innovadoras. Antisistema fueron ellos (PPSOE y adláteres), los que lo han destrozado el estado de Bienestar.

A los cargos peperos se les ve bastante crispados. Es el PP el que se ha radicalizado peligrosamente, y no los nuevos concejales que han entrado en ayuntamientos de izquierdas y centro izquierda. Cuántos insultos e injurias han salido estas semanas desde las filas peperas, una larguísima lista encabezada por Espe Aguirre, Cospedal, Fernández Díaz ministro mordaza de la cruz y la porra, y Rita Barberá. Hasta la mismísima vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, antes muy comedida, últimamente parece un sabueso ladrador de lo airada que se manifiesta.

Toda esta parafernalia de despropósitos haciendo alusión a las candidaturas de la Izquierda que han ganado muchos ayuntamientos y autonomías (Ahora Madrid, Barcelona En Comú, Ganemos, Compromís, Podemos, IU, Mareas...). No se han leído ?ni les gustan? los programas de estas formaciones políticas.

Todo ello calentando motores con el discurso del miedo para decir que aquí ha llegado el caos, y cuidadito con los bárbaros que entran en nuestras instituciones. Si se radicaliza y se crispa el PP, como está sucediendo, y si hace esa alteración electoral, seguro que pierde las elecciones, como Aguirre y Barberá malograron los ayuntamientos de Madrid y Valencia. Que los ciudadanos de estas ciudades decidieron que fuera así. La soberanía está en la gente, en los ciudadanos, no en los bancos ni en el Ibex 35, aunque algunos digan que sí, que sin presentarse a las elecciones siempre las ganan.

Nosotros somos patriotas, como otros muchos que nunca aceptaron bien la Transición ?por incompleta y manida? y decidieron estar con honestidad en su profesión. Luego, la indignación por la crisis, la corrupción, el aumento de la desigualdad, y la emoción del 15M nos avisó de que ya estaba bien. Aunque quizá aún seamos algo radicales, gracias a Dios. Nos sentimos ?como en Química? radicales libres, con gran poder reactivo y desactivador de lo atrofiado.