La otra vida es digital

Para darnos cuenta de ello tampoco hace falta salir de España, en la "zona azul" de Madrid, por ejemplo, intentas sacar un "ticket" de aparcamiento en los dispensadores de la calle y compruebas que aquello está preparado para tercero de digital, el A y el B no aparecen por ninguna parte.

Ahora salgamos al exterior y situémonos ante cualquier máquina para sacar un billete de metro, autobús o tranvía y vayamos con el inglés necesario para pasar el día, a ver qué pasa. Pasa que lo digital y el inglés viajan unidos y así nos van examinando en cada máquina escatimándonos el castellano que nos pertenece, ya que si poseemos el idioma más extendido del mundo, junto con el inglés [con una salvedad: el ciudadano español siente vergüenza de no saber inglés y al inglés no le da vergüenza desconocer nuestro idioma] y la gente de habla hispana viaja tanto como los chinos o japoneses, nuestro idioma debería ocupar un lugar destacado en esa robótica que son las maquinitas de café, helado o servicios turísticos. Esto debería ser así por ley, no importa que nuestra lectura de inglés sea más que aceptable.

Pero no nos enfademos y volvamos a Lope: "? porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos". Y pensar en español es lo más hermoso que tenemos. Ahora sí, ahora me sobra el inglés y los dos mundos: el físico y el digital. No sé si debería sentirme dichoso por ello, pero cuando entro en la cueva de los dinosaurios soy capaz de apagar hasta la chicharra de mi Smartphone mientras escribo este artículo. Y quizá yo sea un insensato que se arriesga a perder la información mundial que se pueda generar en ese promedio de hora y media, pero a veces el silencio es un alimento.

Indaguemos. ¿Qué ocurre en esa hora y media? Estudios concienzudos concluyen que en ese tiempo en todo el mundo se dan un total de ocho millones de "me gusta" en Facebook, que a mí me parecen pocos, pero son estudios norteamericanos y quienes me leen ya saben qué pienso sobre el particular: si son de esa marca, a la fuerza tienen que ser buenos. Además, los mismos análisis destacan que en ese tiempo vienen al mundo 15.000 personas y mueren 7.500, todo ello sin contar las guerras. Aunque la importancia de esta información no es en sí que mueran el doble de los que nacen, sino la cantidad de gente que practica sexo en esa hora y media y además, salvando obstáculos anticonceptivos, consiguen dar en la diana 15.000 veces.

Perdón por haber entrado en las alcobas sin permiso alguno como si éste fuera un artículo de la prensa rosa. Simplemente trataba de constatar que la práctica de este deporte debe ser muy elevada, con lo que el sexo y las nuevas tecnologías quizá no lleguen a robarse entre ellos ni lugar ni tiempo. Habrá agoreros que digan lo contrario. ¡Ni caso! ¡Cuántas canciones lo corroboran cuando dicen "mientras hicimos el amor?"!

¿Y en política? ¿Qué puede ocurrir en política en esa hora y media sabática? Puede ocurrir de todo. Como ejemplos: Nuevos tuits del señor Zapata, o que la señora Aguirre, aparte de dejar la presidencia del PP de Madrid, renuncie a votar a Rajoy y solicite su ingreso en Podemos. ¡Quién sabe!

Aunque la gran mutación llegará cuando los dinosaurios nos hayamos extinguido y se viva, como con marcapasos, con un chic incorporado. Ese hombre nuevo, polivalente, podrá al mismo tiempo hablar y escuchar, leer y escribir, sorber y soplar. De hecho, ya se están habilitando llamadas acústicas con el siguiente mensaje para que sigamos leyendo los whatsapp mientras caminamos por la carretera: "usted va a cruzar un paso de peatones".

Ah! Un consejo: Si en algún momento, por falta de memoria, se peta su chip, no quite a Dios, que es digital y le hará mucha falta.