Hoy quiero presentaros algunos poemas cortos de Juan Carlos Gómez Recinos. (Pichucalco, Chiapas, (1984). Es poeta y ensayista, autor del poemario Cantos Peregrinos, al que pertenece este elenco de poemas que hoy publica SALAMANCArtv AL DÍA
Dentro de la nueva poesía mejicana hay sitio para muchas voces y múltiples talentos. Desde la pasión poética hasta la raíz misma del canto del hombre que se espera a si mismo, desde el mar de lo inauténtico hasta la piel del corazón tejiéndose entre nubes de pájaro y mar, por toda esa orilla de soslayos se pasea la figura del poeta Recinos, entre el vaivén de lo reptiliano y la frescura de lo efímero.
En el 2002 obtuvo una mención honorífica en el concurso de POESÍA FIL JOVEN, en el marco de la Feria Internacional del Libro, de la Ciudad de Guadalajara. Fue becario del Fondo Estatal Para la Cultura y las Artes de Colima 2012, en el área de poesía.
LEVANTE
Alzan el vuelo tus pájaros. Las manos
se saturan de peces, caracoles y medusas.
Las olas son semanas, murmuran
con sus voces de líquenes y helechos.
Un pastor lleva cabras a pastar en las nubes,
como sol que agoniza, como el tiempo
que suelta sus palabras a comer de mi mano.
Tus ojos serán calles de antiguas soledades.
De dos en dos que avancen entre la transparencia
de la luz y el licor, en el himno final del mediodía.
MANOS
Al este, un beso tiembla entre los días.
Tus ojos, flor y piedra.
Manos sumergidas en viento.
Te amo desde que tu cuerpo de peces
extingue al sol y al silencio,
y el corazón desgrana palabras del sauce
en tu mano desnuda.
Al revés de un silencio nocturno, el corazón, aullido,
gesto detrás de la noche en diciembre.
Dije tu nombre y la voz del espejo rozó mi mano.
Confianza de la violencia de las horas.
He aquí que soy un transeúnte,
la luz borra mis ojos.
CADA NOCHE que veo,
cada noche que busco con mis huesos
y botellas vacías en burdeles,
llega un llanto que se desliza como prostituta,
huye hacia los campos donde las semanas se asfixian.
Quieto, entre ciudades agónicas, Maqroll ve morir a los halcones.
"La poesía de Juan Carlos Recinos es
un mar al que se le puede ver no sólo
desde la playa. Múltiple en imágenes,
seres, habitaciones, ciudades enteras.
El poeta se sabe dueño de las palabras,
las acomoda en trenes capaces de
andar el universo entero. Encarar a la
vida misma. No escatimar en armas,
deseos, dolores. Es la invitación del
autor, quien se comparte con el aire
mismo, ya en herida, en canto, en
mujer. Cierto, desde la distancia, vivir
se antoja leve, fácil, placentero. Pero
no para el creador de estos versos. La
distancia es igual a muerte. Entonces,
de dónde puede provenir la salvación.
La respuesta la tendrá cada lector de
estos Cantos peregrinos, cada cabeza y
corazón juntos para mirar el mar no
sólo plantados en la arena."
Magda Orozco
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