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Los silbidos que me gustan
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Por Francisco López Celador, Coronel de Infantería

Los silbidos que me gustan

Actualizado 07/06/2015
Francisco López Celador

Como también me acuerdo de mi padre José cuya llegada a casa adivinábamos porque siempre lo hacía silbando de una forma particular que, a la vez, sonaba muy bien

Quienes ya peinamos canas ?aunque nos queden pocas- recordamos una serie de personajes que se hicieron famosos por su habilidad con el silbido. De la época en que nuestra mejor ?y casi única- forma de ocupar las noches descansaba en la radio, recuerdo a Pepe Iglesias "El Zorro" y su inconfundible silbido; aquel de "yo soy el zorro, zorro, zorrito, para mayores y pequeñitos". Otro portento era Kurt Savoi, que silbando puso la música de fondo a películas tan famosas como El bueno, el feo y el malo o La muerte tenía un precio. Y ¡qué decir del impresionante silbo de la isla Gomera! Un lenguaje silbado y transmitido a varios km. de distancia, que permite a los gomeros comunicarse evitando las fatigas de su difícil orografía. Como también me acuerdo de mi padre José cuya llegada a casa adivinábamos porque siempre lo hacía silbando de una forma particular que, a la vez, sonaba muy bien.

[Img #325139]Todas esas manifestaciones musicales me gustaban, y me siguen gustando. Lo que ya no me hace ninguna gracia es esa "moda progresivo/separatista" de querer ofender silbando a todo lo que represente a la nación española. Eso sí, amparándose en la cobardía que facilita la masa anónima. Que yo sepa, tanto el País Vasco como Cataluña, siguen siendo España. Al menos eso parece, sobre todo cuando de obtener dinero y posiciones ventajosas se trata. Ahí no reniegan de su condición de españoles, más bien, se apoyan en esa circunstancia para seguir disfrutando de su privilegio.

Y lo más triste es que, conscientes de que los poderes centrales han aguantado toda clase de desplantes, se han crecido y están en una actitud de clara desobediencia. La escalada de ofensas está llegando a niveles que son muy difíciles de entender para el español de a pie. Volviendo al triste espectáculo del Nou Camp, hay multitud de ciudadanos que siguen preguntándose por qué los equipos de las comunidades autónomas que sueñan con su independencia no renuncian valientemente a participar en competiciones que desprecian. No tendrían que pasar por el mal trago de "aguantar" Himnos y Autoridades no deseadas, y el resto de españoles nos evitaríamos el espectáculo de soportar a unos maleducados ofendiéndonos gratuitamente.

En más de una ocasión he manifestado que este problema no tiene una solución sencilla. Hablar ahora de sanciones es regalarles otro motivo para seguir oponiéndose al cumplimiento de la ley, una forma de agrandar el escándalo y una disculpa más para acomodarse en su victimismo. La raíz del problema está en la educación. Cuando desde niño se enseña el odio a España y se falsifica la historia, es lógico llegar a estos extremos.

De todas formas, comprendo que uno tiene derecho a mostrar su disconformidad con aquello que no le agrada. Y una forma de hacerlo es silbando. Ahora bien, me pregunto si el que tiene facilidad para silbar ?algunos necesitan silbato- no debería aprovechar esas habilidades para hacerlo en todas las circunstancias. Parece ser que la cosa no es así porque nunca vi una manifestación de catalanes silbando en el Nou Camp, o a las puertas de la Generaltat, la presencia de más de uno de sus dirigentes políticos envueltos en actividades claramente delictivas. ¡Y mira que los han tenido de todos los colores! Me consta que, a pesar de todo, una mayoría de catalanes se sienten españoles y se declaran avergonzados de la conducta de unos indocumentados e intransigentes que siguen sin comprender lo que es la democracia, el respeto a los demás, la tolerancia y la educación.

A los seguidores del Athletic Club de Bilbao que acompañaron en su concierto a los hinchas del Barça decirles que, dando por sentado que no todos los asistentes al partido tengan asumidos los principios que han alimentado el movimiento etarra, guarden esas demostraciones sonoras para cuando presencien cualquiera de las muchas manifestaciones de apoyo y enaltecimiento que se le ofrece en sus calles y plazas. Porque, antes que ellos, otros españoles ?muchos de ellos vascos- no han dudado a la hora de recriminárselo, aun poniendo en peligro sus vidas. Y repito, si no quieren saber nada de España ¿por qué no silban a los directivos de su club por haber aceptado su participación en la Liga y Copa de España? ¡Ah! Ya sé, como en Cataluña, en el País Vasco nunca se le hizo ascos a la "pela" de los españoles.

[Img #325140]Para alguno de los personajes políticos y deportivos que flanqueaban al Rey y no pusieron cara de desagrado, ni palabra; si les afeo su conducta estaría dedicándoles más espacio del que se merecen. En cuanto a esos jugadores que tan tratado de justificar o reír la afrenta, les sugiero que, en lo sucesivo, no tengan que volver a pasar por el "sacrificio" de recibir cuantiosas primas por vestir la camiseta de la selección española, ya que eso les obligaría a escuchar las notas del Himno de España.

En uno y otro caso, va siendo hora de que quien se sienta español, no se avergüence de serlo. Ni tengamos que comulgar con ruedas de molino cuando se nos hable de libertad de expresión ¿O es que en España esta malentendida libertad de expresión debe tener un significado distinto al que tiene en naciones de cuyas democracias deberíamos seguir aprendiendo? Es triste que nuestros Reyes tengan que salir al extranjero para recibir muestras de cariño y respeto. Creo no exagerar si afirmo que para muchos países de nuestro entorno estamos haciendo el ridículo. Y, lo más peligroso, generando serias dudas a la hora de atraer inversión extranjera.

Francisco López Celador

Cantalpinés Coronel de Infantería (en la reserva)

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