Jueves, 25 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Dos mujeres...
X

Dos mujeres...

Actualizado 06/06/2015
Fructuoso Mangas

Bueno, son solamente dos, pero de alta categoría. . A una, Santa Teresa, la venimos recordando hace meses por el V centenario de su nacimiento el 28 marzo 1515, a la otra, Santa Bonifacia, la recordamos justamente hoy, día 6 de junio, porque nació este día y en el año 1837. Hay 322 años de distancia entre las dos y hay razones para recordarlas juntas.

Las dos vivieron experiencias parecidas en muchos pasos de su aventura cristiana, salvadas épocas, distancias y alcances. Murieron prácticamente con los mismos años, entre 67 y 68, aunque Bonifacia disfrutó de mejor salud pero soportó parecidos sinsabores y las dos vivieron en años recios y difíciles. Y las dos son, también para hoy, un ejemplo de valores de humanidad, de compromiso con lo que hay y de fidelidades cristianas aun en el límite.

Muy diferentes por nacimiento, una de familia hidalga y la otra nace y crece en medio de la pobreza urbana, van a tener una juventud muy distinta. Teresa tiene una vida fácil y cómoda, pero Cándida comienza a trabajar como cordonera a los quince años. Y más diferencias hubo en las circunstancias concretas que cada una vive en su vida, desde los muchos libros de Teresa y los poquitos de Bonifacia, hasta ser fundadoras de congregaciones religiosas tan distintas, una contemplativa, con Teresa, y la otra de justicia y trabajo, con Bonifacia.

Y sin embargo las dos, sin poder fijar en concreto quién más y quién menos, viven la experiencia de su vida cristiana con pasos iguales en la realidad profunda de su alma y de su tiempo.

Fuertes en la fidelidad

En Teresa las dificultades, trampas y oposiciones le vinieron de los Calzados, de clérigos y frailes que no veían la razón de la reforma que ella proponía, de los vigilantes de la ortodoxia y de la hipersensibilidad ante todo lo que sonara a alumbrado o visionario, por casi todos los lados enemigos de cerca y enemigos de lejos. Bonifacia tuvo su peor enemigo en su propia congregación y desde ella sufrió humillaciones, rechazo, desprecios y calumnias hasta hacerla salir de Salamanca, fue incomprendida por el obispo y combatida por el clero diocesano de Salamanca que no captaba la hondura evangélica de aquel proyecto con chicas obreras y finalmente parte de sus mismas hermanas promueve su destitución como superiora. Se va sola a Zamora y después de intentos humildes y humillantes muere fuera de su ciudad, de su casa y de su congregación. Pero muere, ella también, "hija de la Iglesia". Es toda una biografía su casi última palabra: "No volveré a la tierra que me vio nacer ni a esta querida Casa de santa Teresa". No se puede dejar de subrayar que, no sé si el detalle es irónico o providencial, esa casa es la Casa de Santa Teresa en la que se asentó la comunidad carmelita y en la que vive la comunidad de sus Siervas de San José.

Capaces y lúcidas para ver la realidad en la que viven

Teresa tarda más en darse cuenta; sólo alcanza la revelación de lo que debe hacer después de larga enfermedad y de 20 años medio perdidos en la mediocridad de su monasterio. Le quedarán más de otros 20 para llevar a cabo su idea de las nuevas fundaciones, defendiéndola con razones, con los buenos consejos buscados, con resistencia personal y con la oración.

Bonifacia descubre muy pronto y en sí misma la fragilidad de la mujer en la sociedad salmantina y decide poner su parte, y luego su fundación, para recobrar la dignidad y la independencia de chicas como ella a base de derechos tan elementales como aprender a leer, ser independientes y conseguir solvencia con el trabajo. Por eso su humilde taller de costura y cordonería, como cualquiera de las pequeñas fundaciones de Teresa, es un espacio de trascendencia evangélica, de humanidad reconocida y de espacio libre en medio de la Iglesia y de la sociedad.

Habría mucho más, pero el espacio no da para tanto y todavía quiero añadir dos cosas:

  • que las dos tuvieron que superar la misma cuesta arriba con el peso de ser mujeres en una sociedad en la que no tenían voz ni voto ni silla ni casi nada.
  • Y resumiendo mucho, hace poco proponía yo estos 12 rasgos para el rostro humano y cristiano de Santa Teresa: fiel contemplativa exigente inquieta realista abierta crítica fuerte inteligente piadosa audaz hija de la Iglesia. Valdrían perfectamente para Bonifacia, añadiendo algunos que serían más suyos, como solidaria, entera o humilde.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...