Junio, mes de cangrejos

Sin cambios legislativos importantes respecto a la temporada anterior y con los ríos casi como si fuera el mes de julio. Así se presenta la temporada del cangrejo en la provincia salmantina, época en la que el bajo caudal de los ríos y las altas temperaturas convierten este primer domingo de junio en una excelente oportunidad para la pesca de este crustáceo en las variedades de rojo y señal.

En cuanto a su legislación, la novedad de este año estriba en que no hay un cupo máximo de reteles, aunque ?eso sí? no podrán ocupar más de 100 metros de río y encontrarse distantes del pescador contiguo a un mínimo de 10 metros. Además, cabe recordar algunas de las modificaciones introducidas hace dos años, especialmente la que se refiere a la identificación de los reteles con una tarjeta en la que deberá constar el nombre, apellidos y D.N.I. del pescador.

En cuanto al resto de la normativa para practicar su pesca, a partir de este domingo, 7 de junio, no difiere de años anteriores. Los reteles no deberán sobrepasar de un diámetro de 42 centímetros, y se permite el uso de trozos de pescado, también de río, a excepción de especies exóticas. Tampoco hay límite en el número de capturas ni talla mínima, debiéndose sacrificar todos aquellos ejemplares que se extraigan del agua en la zona de pesca.

Portador del hongo de la afanomicosis

Desde el próximo domingo, los aficionados castellanos y leoneses a la pesca del cangrejo podrán disfrutar de esta especie en buena parte de los ríos y riberas de nuestra provincia, circunstancia que facilita el bajo nivel de las aguas y cuya circunstancia permitirá celebrar sobre la mesa este plato tradicional de la gastronomía rural.

Demostrada más que suficiente su adaptación a cualquier hábitat acuático, el cangrejo rojo, cangrejo de las marismas, o cangrejo americano (procamburus clarkii), a buen seguro colmará en unos días muchos paladares, aunque en ningún caso como lo hizo nuestro cangrejo autóctono, desaparecido de las aguas salmantinas como consecuencia la afanomicosis, enfermedad de la que es portadora un hongo y a la que se ha hecho resistente nuestro actual protagonista, e incluso ?para su desgracia? es portador del mismo.

Sin cupo ni talla mínima, ni siquiera la sequía de años anteriores ha facilitado el duelo que Administración y muchos pescadores protagonizan cada temporada contra este proscrito llegado de las 'américas'. El cangrejo rojo continua resistiendo todos los envites sin que la mayoría se percate de que es el alimento de otras especies que se sitúan un eslabón por encima en esa cadena trófica y contra las que tantas veces ha atentado el hombre. También no es menos cierto que su presencia en algunos ecosistemas ha resultado nefasta para otras especies piscícolas.

Una pesca sencilla

En cuanto a su pesca en estos momentos, el estado de los ríos respecto a cantidad y calidad del agua garantiza que sus poblaciones se encuentren en perfecto estado sanitario.

Su instinto devorador hace que no sea demasiado selectivo a la hora de entrar al retel, pues unos simples trozos de pescado, cebo autorizado por la Consejería de Medio Ambiente, o unos pedazos de pollo, serán lo suficientemente tentadores como para dejarse engañar.

Sobre artes y técnicas de pesca autorizadas, estás se limita ahora al retel, nasa provista de una base plomada para insertar el cebo y de dos o tres arillos encargados de extender la pequeña red cuando se tira de la cuerda a la que se haya unido el aro superior.

La Orden Anual de Pesca 2015 no establece un número máximo de reteles, aunque estos deberán ser colocados en una distancia máxima de 100 metros y a una distancia mínima de 10 metros del pescador inmediato. Su diámetro no podrá superar los 42 centímetros.

Una de las consideraciones a tener en cuenta para lograr una mayor efectividad, es que el retel se encuentre perfectamente asentado sobre el lecho del río, pues en caso contrario nuestro objetivo intentará acceder al cebo desde el exterior.

Para su colocación se emplea un palo de unos dos metros y medio de longitud, cuanto más ligero y firme sea mejor. Estará acabado en una horquilla que será la encargada de hacer de guía de la cuerda. Tanto la echada como la levantada debe ser sigilosa y rápida si no queremos ahuyentar a los cangrejos que se sitúen en las inmediaciones. Los lugares más adecuados son aquellas zonas del río cercanas a juncos o paredes del cauce y que sirven a los cangrejos de refugio.

Al tratarse de un animal con una gran actividad durante la noche, los momentos más óptimos para su pesca suelen coincidir con las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde. Si bien es cierto que su pesca no requiere demasiada técnica, a medida que avancen las jornadas, los cangrejos se vuelven más desconfiados y esquivos, requiriendo cada día que pase un mayor sigilo por parte del pescador, tanto en la echada del retel como en la levantada.

Pero sin duda, lo más preciado del cangrejo para el pescador está lejos del río. Su mejor lugar se encuentra la mesa. En salsa de tomate, con arroz caldoso, o simplemente cocidos o al ajillo, regados con un vino blanco, son un plato exquisito.