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Eduardo Gallo silenciado en Madrid ante un imposible encierro de Partido de Resina
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EN SU ÚNICA ACTUACIÓN

Eduardo Gallo silenciado en Madrid ante un imposible encierro de Partido de Resina

Actualizado 01/06/2015
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Sólo segundo y sexto se mueven, aunque sin celo, dentro de una corrida que no era la que el ganadero tenía preparada para lidiar en Madrid.

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Un cartel íntegramente joven se presentaba con la corrida de Partido de Resina en la capital: Eduardo Gallo, Sebastián Ritter y Rafael Cerro se enfrentaban al mítico hierro sevillano.

Iba con la cara alta el primer toro de Partido de Resina, al que Eduardo Gallo fue limando asperezas de salida ya con el capote. En el peto de Tito Sandoval entró también sin humillar en ningún momento, y a pesar de que tenía prontitud y pasaba con nobleza, tenía un mejor principio que final. Pasaba con cierta bondad pero no permitía el toreo largo, enroscado y de mano baja de Eduardo Gallo. Transmitía poco el astado por esa salida del muletazo con la cara por las nubes. En ese momento se levantó una cierta brisa que hizo que el torero salmantino debiera sacar su punto valeroso. No incomodaba el astado pero no era emocionante su embestida. Con la espada, dejó una entera un punto atravesada.

El segundo de la tarde se empeñó en dejarlo de largo en el caballo Sebastián Ritter, algo que le salió bien ya que fue eso lo que propició que el toro sacara prontitud y celo en el capote de Rafael González. Intentó quitar por delantales Rafael Cerro sin brillantez para que se despabilara la embestida del astado sevillano en banderillas. Tras brindar a Ismael Villena, dejó Ritter tres tandas de disposición por el pitón derecho con muletazos muy compuestos, con el toro sin humillación pero con muchísima movilidad y ritmo. Salía tras el muletazo con la cara por encima del estaquillador, sellando Sebastián lo más granado por el pitón diestro. Con la espada, el colombiano dejó tras unas manoletinas de valor un pinchazo y una estocada haciendo guardia mientras intentaba entrar a matar recibiendo. Otra vez pinchó Sebastián para dejar finalmente una estocada baja.

Un inicio lidiador le propinó Rafael Cerro al tercer "pablorromero" de la tarde, un astado frío de salida al que fue lidiando paulatinamente el torero extremeño. Se fue a la puerta de toriles arrancándose en cuanto vio a los piqueros hacer acto de presencia. En banderillas se lo puso difícil al lidiador Agustín Serrano antes de que Cerro le hiciera frente a un toro que reponía, que nunca llevaba la cara abajo y que se quedaba corto en un tranco imposible para el joven Cerro. Aún así, mostró disposición Rafael ante un toro que sacó peligrosidad tras la tercera tanda, sacando chinchetas de sus entrañas el astado sevillano. Con la espada, Cerro dejó un espadazo defectuoso del que cayó.

El cuarto barbeó las tablas justo tras su salida. Fue un toro que entró con viveza al caballo de José Ney Zambrano para posteriormente responder en el quite que Sebastián Ritter le ejecutó por ceñidas chicuelinas. Pasó las de Caín la cuadrilla del salmantino para hacerse con la embestida del "pablorromero". Fue un espejismo la primera tanda de Eduardo Gallo por derechazos al astado, pues se vino abajo de nuevo el toro al cantar la gallina en el segundo encuentro en redondo. Se fue Gallo a la puerta de toriles para dar una tanda más por derechazos e ir a por la espada pronto y dejar una estocada efectiva.

El quinto, también aplaudido de salida, no mostró especial celo en el capote de Sebastián Ritter. Se arrancó al otro picador, no mostrando especial celo tampoco en el capote del lidiador Martín Antequera. Brindó Ritter al respetable. Se desentendía totalmente en la muleta del colombiano, pues tuvo el astado un tranco soso, con la cara siempre arriba y sin decir nada en los trastos del joven torero. Ritter se justificó en todo momento sin brillantez. Dejó una estocada baja.

Se movió el sexto, pero de nuevo fue carne de peto tras entrar hasta en cuatro ocasiones al jaco que montaba Marcial Rodríguez. Se movió a pesar de su mansedumbre, lo que propició que Cerro dejara varios muletazos con gusto al natural que fue lo mejor de su actuación y de la tarde. El toro no paró de moverse, aunque sin celo.

REDACCIÓN CULTORO.COM

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