Salamanca, una declaración de Amor

La ciudad como centro de Todo lo que fecunda la obra fotográfica y poética de José Amador Martín: Salamanca proyectándose y extrañándose al unísono, siempre al pulso y pálpito de este ciudadano que a diario le declara su amor, desde las sombras del amanecer hasta los crepúsculos más impactantes: bien cuando la Luz solar va dando tonos distintos a la piedra franca de Villamayor o cuando la luz artificial rompe la negrura de la noche o del alba, y se proyecta sobre arcos y fachadas, con otro encanto que también genera cierto halo de misterio.

Tengo entre manos el libro "Salamanca, ciudad interior" (Desván Editorial, Salamanca, pp. 200), tan bien impreso en los talleres de la salmantina Gráficas Lope. Esta magna obra retrata, es cierto, la intimidad de nuestra ciudad, pero también aquello que resalta a la vista de todos: lo que imponen sus altas torres, sus muros y edificios, la Plaza Mayor como corazón donde confluyen las múltiples calles y las gentes.

Pero quede claro que, en esta propuesta de José Amador Martín, la figura es lo anecdótico, algo que complementa la hermosura de su Ciudad: por ello se ha dedicado (y se dedicará hasta el penúltimo suspiro) a radiografiarla en los diferentes instantes de la cotidianidad; por ello la capta en sus mejores ángulos, solazándose cuando logra atrapar las escenas más insospechadas, aquellas cuya pureza o sencillez las tornan como nuevas.

Un álbum que todo salmantino debería tener y regalar: doscientas páginas con la mejor fotografía sobre la Capital del Tormes: son imágenes atrapadas por Amador, el que la Ama como pocos, de forma humilde, sin aspavientos ni declaraciones impostadas: lo suyo es una entrega constante y apasionada: Un libro vertebrado en secciones que se retroalimentan por la absoluta simbiosis entre la Luz, las Calles, las sombras, los perfiles de la ciudad-museo? Un libro que sigue la estela marcada por "Azul y oro", libro del grande fotógrafo Luis Monzón, impresionante muestra de imágenes publicada el primer año de este milenio y bajo el patrocinio de Caja Duero.

Amador ha tardado lo que ha querido en acopiar parte de sus muchas capturas de la ciudad amada: ha sido a propósito, pues la madurez ofrece el mejor de los frutos, "Salamanca, ciudad interior'.

Y como también es poeta, ha querido insertar algunos textos, pocos, para dejar un testimonio otro de esa querencia total, esta vez a través de sus versos, como en "Ciudad de Luz", un texto que, nutriéndose de los notables Gastón Baquero y Miguel de Unamuno, le hacen decir: "Tú me conduces, ciudad, entre tus luces/ hasta el velado trazo de mi sueño yo soy tu sombra/ mi bella ciudad, cuando despiertas/ cuando arrancas en los fragmentos de luces/ la mirada y la luz/ sobre las calles vacías del volver a empezar/ de cada día,/ sobre la isla solitaria en la que el amanecer/ es cúpula y encanto./ Eres la sinfonía perfecta de mis pasos,/ notas de la cadencia armónica del día,/ perfecto acontecer de días hermosos/ que conviven conmigo/ en los paisajes amados que te tengo./ Te amo ciudad y moriré amándote/ para vivir en tus piedras aprendidas/ cada atardecer, abrazado a la tierra,/ y sorprendido/ con la noche más oscura./ Para que no me olvides/ grabo sobre tus piedras cada día una historia/ a base de fuego y de miradas/ y no quiero morir porque no mueres/ sino permanecer en tus brazos para siempre./ Cuando sea nota perdida en la memoria/ guarda en ese recuerdo de tus calles/ mi caminar de luz en los mundos ocultos/ de los sueños".

Enhorabuena al fotógrafo-poeta José Amador Martín Sánchez. Su 'criatura' es una ofrenda nada fácil de olvidar.