Debate de guante blanco entre Mañueco y Cabero, con un contraste de pareceres pautado por sus...

Un debate de 'cámara', de guante blanco, pautado, encorsetado en bloques estrictamente definidos por los aparatos de campaña de PP y PSOE. Con unos candidatos al comienzo tensos, demasiado correctos en el desarrollo de sus intervenciones, poco incisivos, lanzando los mensajes motor de campaña. Para Alfonso Fernández Mañueco, el PP o el caos: los populares garantizan estabilidad y el resto, "partidos de izquierda, con PSOE, Podemos -que no se presenta- y los que ayuden ?no citó a Ciudadanos-, sólo incertidumbre". Para Enrique Cabero, los socialistas abanderarán el cambio de Gobierno después de 20 largos años de tutela municipal del PP con una ciudad en declive. "Su ciclo ha acabado", espetó.

Al contrario que el primer e histórico debate televisado de la democracia municipal celebrado en junio de 1995 entre Lanzarote y Málaga, ambos a cara de perro, duro e intenso, organizado entonces por periodistas sin corsés ni pautas partidistas, éste ha sido promovido por políticos, auspiciado en este caso por el candidato a la alcaldía Alfonso Fernández Mañueco, negociado y organizado al milímetro por los aparatos políticos de PP y PSOE.

A lo largo de los cuatro bloques pactados "por los comités de campaña de los partidos políticos" como reconoció la presentadora, cada candidato fue desgranando sus propuestas, sus logros y críticas, sin interrupciones y con intervenciones ajustadas al tiempo establecido.

El PP o la incertidumbre

Mañueco, después de resaltar sus logros en esta legislatura, pidió el voto a los salmantinos para poder seguir equilibrando las cuentas municipales que permitan potenciar las políticas sociales, promover más oportunidades de empleo, auspiciar proyectos que consoliden a Salamanca como ciudad cultural o integrar el río Tormes en la ciudad con más espacios socio-deportivos. El candidato del PP dijo que no es el momento de improvisar el voto y de experimentos políticos, en clara referencia a la posible entrada en la Corporación municipal de Ganemos, Ciudadanos u otras formaciones.

El PSOE debe liderar un nuevo modelo de ciudad

Cabero, por su parte, reclamó el apoyo de los vecinos de la ciudad para evitar la despoblación y el desempleo, para crear un proyecto económico que impida "la desbandada de talentos": "Estoy preocupado porque se va la gente de Salamanca; no quiero que mis hijos abandonen la ciudad por falta de trabajo". Salamanca necesita urgentemente un cambio de Gobierno pilotado por el PSOE, afirmó el profesor de Derecho del Trabajo.

Mañueco: "Los que hundieron España, no pueden gobernar Salamanca"

El dirigente popular metió la primera puya en su primer turno de palabra. "Los que hundieron España, no pueden gobernar Salamanca", aspecto que escoció a Cabero, quien devolvió rápido la crítica: "con el PP hay menos población, 800 empresas menos, no ha habido diálogo; no sabe lo que quiere".

Mañueco afirmó que en estos cuatro años se han congelado los impuestos, reducido la deuda, se han anticipado los pagos a proveedores y se ha trabajado para crear políticas activas de empleo. El candidato popular dijo haber presidido una legislatura de diálogo con el empresariado y las organizaciones sindicales; extremo con el que no coincidió para nada Cabero, que no vio tal acercamiento.

Políticas sociales

Los dos candidatos pusieron especial énfasis en el apartado de políticas sociales. Los dos quieren abanderar lo social. Cabero reclamó una ciudad solidaria en la que se apliquen planes presididos por la justicia social: "una ciudad que tenga a las personas en el centro de sus intereses".

Mañueco tiró de manual para replicarle que "la mejor política social es el empleo" y abundó en el apoyo del Consistorio a las organizaciones que trabajan con personas desfavorecidas, empresas de economía social o las asociaciones, a las que facilitará sede y más recursos.

El candidato socialista reprochó al PP el haber llegado tarde en su colaboración con organizaciones, entidades y en el desarrollo de acciones sociales, al tiempo que se alegró de que el PP hubiera aceptado en estos últimos cuatro años muchas de las iniciativas presentadas por la oposición socialista. En este sentido, la legislatura entre PP-PSOE guarda paralelismo con el debate: sin estridencias, una balsa de aceite.

El actual alcalde, que acusó a Cabero de mantener planteamientos idílicos y virtuales, recordó que el 60% del presupuesto se ha destinado al apartado social, a la sanidad, a la cultura y a la educación.

"Es claramente insuficiente lo que ha hecho el PP en materia social", subrayó Cabero. Sentencia con la que no coincide Mañueco, para quien su trabajo se ha encaminado, por ejemplo, a reforzar a las familias salmantinas, a las que prometió una batería de iniciativas para facilitar la natalidad, una mejor incorporación de los niños a la red de guarderías o la reducción de costes en servicios municipales. En este aspecto, Cabero propuso algo novedoso: la gratuidad de la educación de 0 a 3 años, potenciando la red de centros infantiles de titularidad pública.

En el apartado de Educación, Cultura, Patrimonio y Deporte se dispersaron, disparando cada uno a lugares diferentes, aunque los dos coincidieron en poner la celebración del VIII centenario de la Universidad como uno de los proyectos más relevantes del futuro, compidiendo con la autoría intelectual de las exenciones fiscales al plan conmemorativo.

Ciudad referente en la enseñanza del Español

Fernández Mañueco fue rotundo al afirmar que el Ayuntamiento se ha convertido en el gran motor de la cultura en Salamanca. Y avanzó nuevas medidas para reforzar los planes de fomento de la lectura o convertir la ciudad en el referente regional y nacional de la enseñanza del español, extremo para el que Cabero echó en falta el aliento de la Junta de Castilla y León. El dirigente socialista abundó en la necesidad de crear un proyecto empresarial alrededor de los recursos culturales de Salamanca.

Ambos se enzarzaron en el debate sobre las políticas de patrimonio. Mientras Cabero insistió en su promesa de restaurar un edificio al año y de evitar el deterioro de muchos espacios, Mañueco le recordó los proyectos que han ejecutado en su mandato, hasta ocho -el doble de lo que proponen los socialistas-, y que han supuesto un revulsivo para el turismo, como ha sido el caso de Ieronimus, entre otros.

El hospital, eje de discordia

Mientras Cabero calificó de poco reivindicativo al PP en la legislatura y de inacción en el deterioro del Hospital, Mañueco recordó que se ha puesto al frente de las exigencias a la Junta y trasladó el compromiso del presidente Herrera en convertir el centro sanitario en el mejor de la región. "Me he peleado con mucha gente en los despachos", comentó.

Respecto al modelo de ciudad, Mañueco dijo que Cabero tenía una visión alejada de la realidad y puso el énfasis en las acciones municipales llevadas a cabo para hacer un urbanismo de lo cotidiano, en el arreglo de calles, instalación de bancos, reforma de parques o en la pavimentación de numerosas calles de la ciudad, sin olvidar la ampliación del número de aparcamientos en superficie -hasta 2.000- sin aumentar las zonas reservadas a la ORA.

Para los socialistas, según Cabero, el Ayuntamiento debe ser más transparente en su gestión, en sus contratos; un motor de oportunidades en una ciudad más participativa.

Ambos se presentaron como dos gestores del diálogo, dispuestos al consenso, a escuchar a la gente, a la que hay que ilusionar desde el Consistorio.

El empleo, palabra estrella del cara a cara

El descafeinado cara a cara entre los alcaldables de los dos partidos mayoritarios, realizado desde los estudios de televisión de la facultad de Comunicación de la UPSA y emitido por La 8, ha desembocado en un contraste blando de pareceres en defensa de políticas en las que la palabra empleo ha presidido cada discurso.

Un debate sin preguntas

Lejos de un debate abierto en los planteamientos, éste se desarrolló sin preguntas concretas a los candidatos por parte de la moderadora, que se limitó a pronunciar los enunciados de los bloques programados por los políticos. El encuentro electoral entre Mañueco y Cabero alzanzó los 48 minutos, con una duración real de intervenciones de 40 minutos. Un debate en el que los participantes -el alcaldable del PP con corbata azul y el del PSOE, roja- han permanecido serios, casi hieráticos, sin concesiones a la improvisación, leyendo en muchas ocasiones las notas escritas por sus respectivos 'comités'. Difícil decantarse por alguno de los dos candidatos en un debate previsible, de discursos unilaterales entre los dos grandes, deseosos en su fuero interno de que no se cumplan las encuestas. Al menos, consiguieron el protagonismo central en esta jornada a cinco días de las elecciones más reñidas y abiertas de la democracia en Salamanca.