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La ganadería salmantina de Vellosino, dos de seis
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LA CRÓNICA DE VALLADOLID

La ganadería salmantina de Vellosino, dos de seis

Actualizado 11/05/2015
María Fuentes

La entrega de Castella abrió la puerta grande; oreja para José Mari Manzanares y ovación para Morante que no tuvo oponentes

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Si no hay materia prima, no puede haber producción, o puede haberla, pero sin rematar. Eso murmuraban hoy los aficionados añejos del coso vallisoletano al cierre de una tarde de toros con un encierro de Vellosino que no acabó de cuajar. Como en todo, hay excepciones, y dos fueron dos, y uno, cayó en manos de Sebastián Castella. Ese francés que sabe que es ahora cuando saborea, porque se gusta, porque da tiempos y porque conoce bien el concepto del temple. Cuando lo sabes, te empleas, te entregas a la condición de ese bravo 'Glotón' en el que sí, pecó la falta de fuerza, pero fue de extraordinaria condición en la embestida. Fue a más el galo buscando la calidad de este segundo de Vellosino, sin exigir, para llegar las series diestras templadas previas a una estocada que le dio la primera oreja.

Quería más el francés. Quería quedarse y se topó con ese animal que quería irse, un ejemplar manso que no cesó en buscar las tablas. Lo intentó Castella lanceando bien a pies juntos para intentar después encontrar el sitio que exigía este de Vellosino. Sí hubo voluntad y no se amilanó en ningún momento al francés. Bajó la mano siempre con la muleta en la cara del toro, cogiendo el ritmo y sellando templadas tandas hasta que el oponente dijo basta. Pinchazo y estocada con premio por la firmeza al galo.

Y no hay regla sin excepción, esa otra excepción del encierro fue el tercer toro, primero para José María Manzanares. Humilló al trapo. Manzanares recibió en los medios para articular ahí una faena de buen trazo, temple y estética por el pitón derecho. Siempre con los tiempos precisos, como Jose Mari sabe hacer el toreo, a lo que sumó el buen uso de la espada para pasear una oreja. Hasta ahí la producción del alicantino, pues no tuvo más materia. El sexto de la tarde complicó desde los inicios cuando volteó a Jose Mari cuando se disponía a comenzar el trasteo de muleta de forma brusca. Se recompuso, y quiso, pero imposible ante el flojo animal. Sonora ovación como aliento.

Destellos de Morante que eso sí da aliento a los aficionados, y con eso se quedaron. El de la Puebla es de esos poderosos que cuando hay arrojo y disposición, lo que sale de su trasteo queda en la retina, y es su diferencia la que se vio a pesar de que hoy no tuvo oponentes. Su primero sufrió una brusca voltereta que acusó en toda la faena. Con gusto y queriendo el de la Puebla, toreó despacio adaptándose a la condición del animal. Arrancó alguna tanda marca de exquisito gusto marca de la casa, pero poco más pudo hacer, e ídem en su segundo. No pudo ser, eso es la vida, dicen, pura materia prima. Dicen también que en nuestras manos está ser artesanos y esculpir lo maravilloso o esculpir todo lo contrario. Hoy faltó materia, y eso se nota en el resultado.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Valladolid. Feria de San Pedro Regalado. Casi lleno en los tendidos. Toros de Vellosino.

José Antonio "Morante de la Puebla", ovación en ambos.

Sebastián Castella, oreja y oreja.

José María Manzanares, oreja y ovación.

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