Cuando el movimiento feminista habla de la necesidad de revisar privilegios, se refiere a cada hombre y a cada aspecto de sus vidas, no se excluye a los hombres de izquierdas por el simple hecho de ser de izquierdas. Cuando hablamos de privilegios hablamos de aquellas ventajas que tienen los hombres por el simple hecho de ser hombres. Por ejemplo, que en una discoteca una mujer tenga que decir "tengo novio" para rechazar a un chico porque sus anteriores negativas no han dado resultado y el susodicho ha seguido insistiendo; por lo visto se respeta más la propiedad del otro hombre (puesto que es a lo que se nos reduce en esos casos) que la negativa de la mujer. Que por realizar el mismo trabajo las mujeres cobremos un 22% menos de media, que las tareas de cuidado recaigan mayoritariamente sobre las mujeres. O que en una manifestación por el derecho al aborto los hombres griten más fuerte aquello de "nosotros parimos, nosotros decidimos" (y aunque suene a broma, prometo que esto es verídico).
Creo necesario insistir en estas cuestiones. No es posible que aquellos que luchan por la clase obrera sean los mismos que continúen oprimiendo a las mujeres. No hay que olvidar que nosotras estamos doblemente oprimidas, por el hecho de ser mujeres dentro del sistema patriarcal y por el hecho de ser obreras en el sistema capitalista. Pues aunque estén íntimamente ligados, no son un solo ente. Por ello, creo imprescindible que los hombres se impliquen total y absolutamente en el movimiento feminista, revisen sus privilegios y actúen consecuentemente. También es imprescindible que abordemos debates que hasta ahora han sido aplazados con la disculpa de que había otros prioritarios y sin embargo son trascendentales y marcan nuestro día a día. Me refiero, por ejemplo, a la cuestión reproductiva o la deconstrucción de los géneros.
Pedís la transformación social, pues bien, no será posible si no rompemos con las estructuras patriarcales. Al fin y al cabo, la revolución será feminista o no será.
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