El Universidad de Salamanca certifica el segundo puesto con su triunfo en Avilés (52-65)

Desenvolvieron "La Magdalena" las jugadoras de la USAL con la ilusión que correspondía al último partido de Liga Regular, donde aún se jugaban el 2º puesto de la clasificación y por lo tanto el emparejamiento acorde en la Final a Cuatro de la semana que viene. Dicho emparejamiento, aún se encuentra en entredicho, ya que, al no disputarse la última jornada con el horario unificado correspondiente, deberá anunciarse este domingo a la espera de los resultados acaecidos.

Las avilesinas, posible rival en la Final a Cuatro, llevan mostrando su nivel de competencia varios años en la Liga, demostrándolo en los últimos años donde siempre han ocupado las primeras plazas de la tabla. La veteranía es un grado más para estas chicas que nos doblegan en experiencia, y a eso hay que sumarle el hecho de jugar en su casa, un plus que no es fácil de gestionar para nosotras, donde siempre sufrimos jugando fuera. El partido, todo sea dicho, estuvo marcado por las bajas, todo sea dicho, donde el equipo local jugaba con 6 de sus componentes y el equipo charro con 8 un déficit que ambos equipos lastran desde hace ya algunas jornadas.

Empezó el partido con mucho acierto exterior de las de Bosco, con Castro y Fernández a la cabeza, gestionando bien sus oportunidades ofensivas y marcando el ritmo ofensivo, ya que la escasez de efectivos les hizo mantener una zona 2-3 que las salmantinas tuvieron que atacar constantemente. Las universitarias no encontraban su ritmo defensivo y acuciaban varios despistes defensivos que hacían que en ningún momento pudieran despegarse del marcador. La igualdad quedaba patente con un 21-21 en el primer cuarto.

El segundo cuarto, también mantuvo la igualdad tanto en juego como en el marcador donde el parcial de 13-11 no decantaba la balanza a favor de ninguno de los dos equipos, pero donde la gestión de las faltas se hacía más fácil en el equipo castellano, que tenía dos componentes más en su rotativa.

Se fueron las charras algo cabizbajas al descanso, por la falta de fluidez y por no encontrar ese juego que ellas desarrollan de velocidad y transición. La humedad y el calor también hacían estragos en un pabellón que se hace grande de recorrer a medida que pasa el tiempo. Tras la parada de rigor, el equipo tuvo paciencia y resolvió un par de ajustes defensivos que hicieron de la defensa individual un problema para las de casa, donde les costó más resolver los ataques y perdieron efectividad, el parcial se fue a 9-15.

El tiro exterior se fue acoplando a la cancha y el acierto se hizo palpable, las de Salamanca supieron atacar mucho mejor la zona y encontraban la rapidez de la que carecían antes. El cuadro arbitral permitió más libertad en el juego, y no estuvo tan estricto a la hora de pitar las faltas, en aras de la fluidez del juego y la no expulsión de jugadoras, pero esto llevó a un juego más duro, donde la tensión aumentaba y se tuvieron que medir las situaciones con más calma y cabeza de lo normal.

Las charras, de menos a más, se centraron en el juego, mantuvieron la concentración y se vinieron arriba asestando un último y definitivo parcial de 9-18, apelando a las rotaciones y a la gestión de la plantilla, donde el entrenador, Víctor M. Rico, recurrió al trabajo de equipo para la consecución de una victoria que les consolida como colíderes de Primera División Femenina y les da confianza, para una semana, que si bien será dura, no dudarán en trabajar con ahínco para conseguir culminar el trabajo de una increíble temporada en el marco que las acogió desde el inicio, el Miguel de Unamuno, en la Universidad de Salamanca.