Ganemos la Democracia: el sorteo como paradigma

Democracia, ¡qué palabra tan bonita y a la vez tan vilipendiada, ultrajada y tergiversada! Democracia... ¡Cuánto te nombran y qué poco te ejercen!

No hay en este mundo ni un sólo país verdaderamente democrático, todos son países aristocráticos que con el capitalismo y su globalización han degenerado en pluto-oligarquías, es decir, que nos gobierna una minoría rica. La condición de ciudadanía ha quedado reducida a la de meros cumplidores de leyes y pagadores de impuestos, en tanto en cuanto nuestros derechos políticos son ejercitados solamente cada 4 años y de forma derivada, esto es, traspasar nuestra soberanía y capacidad de decisión y pensamiento a unos mal llamados "representantes", al igual que no existen mecanismos para echarles si incumplen sus promesas, las cuales no tienen la obligación de cumplir, cosa escrita en un papel mojado que llamamos Constitución.

De aquí han surgido varios problemas: los mal llamados "representantes" y el poder que les derivamos. Del primero, no podemos llamar representantes a aquellos que no son representativos de una sociedad. Por ejemplo: ¿cuántas amas de casa hay en el Congreso de los Diputados? ¿quién elige a los candidatos y candidatas de los partidos antes de ponerse a disposición de ser electos y electas?. Del segundo, se supone que las leyes y las Constituciones se escriben para prevenirnos de los abusos del poder y de las desigualdades. Entonces, ¿por qué damos la capacidad de escribir las leyes y las Constituciones a aquellos y aquellas que tienen el poder? ¿no deriva esto en que el que hace la ley hace la trampa? ¿cuándo un cargo electo ha escrito unas normas verdaderamente válidas para poder ser echado de su asiento por traicionar el contrato con sus electores o para restarle capacidad de decisión?. Todas estas preguntas nos llevan a las mismas conclusiones: no tenemos verdaderamente el poder como sujetos políticos y ciudadanos que somos y, por lo tanto, no vivimos en un país democrático.

El único método auténticamente democrático que ha existido es el sorteo, el único garante de justicia e igualdad entre toda la ciudadanía como sujetos políticos, el único que ha hecho que a lo largo de la historia y sólo donde ha sido implantado, en Atenas y durante 200 años aproximadamente, ha hecho que el gobierno recayera sobre las capas mayoritarias de la sociedad.

Tocqueville decía: "No le temo al sufragio universal, la gente votará a quien se les diga." Y puede sonar a barbaridad, pero el hecho de que no se hable sobre esto en los parlamentos ni en los debates políticos televisados,etc, hace demostrar que a lo que de verdad tienen miedo los poderosos es a esta idea de democracia radical y que por lo tanto hay que silenciarla como sea. La paradoja de todo esto es que no se me ocurre manera alguna de lograr esto en el estado actual de las cosas que a través de unas elecciones aristocráticas, desde abajo, desde el municipalismo. Hay algunos y algunas que ya estamos en ello.