VILLORUELA | Antes del concierto, el coro se acercó al Palacio de Riofrío, producto de un capricho de la reina Isabel de Farnesio
Uno de los objetivos del coro de Villoruela es el de compartir alegrías y buenos ratos con la buena gente que nos quiere escuchar canciones tradicionales. En esta ocasión fue en una residencia de mayores, en un ambiente cordial y animoso, y en un salón lleno de luz y lleno de personas, residentes y familiares. Con ellos estuvimos recordando retazos de su juventud a través de la música de canciones y sones de antaño y reviviendo con ellos las rondas, y los cantos de quintos, y las tareas del campo y las primaveras, y los gallos en las madrugadas y las aradas y los bueyes cansinos tirando del carro o del trillo dando vueltas a la parva?.Disfrutamos todos, ellos y nosotros. Son momentos y encuentros muy bonitos y entrañables que no ayudan a vivir. En algunos lágrimas de emoción, en otros caras que reflejaban contento y regocijo.
Antes nos acercamos al Palacio de Riofrío, palacio producto de un capricho de una reina, Isabel de Farnesio, donde dicen que se refugió Alfonso XII para llorar la prematura muerte de su esposa María de las Mercedes. Sus estancias, de tonos oscuros, respiran tristeza, embrujos y suspiros. Forma parte de esa historia de la España idílica y romántica, al margen del pueblo llano, en torno a reyes, princesas y reinas. ¿Dónde vas Alfonso XII, dónde vas triste de ti? -voy en busca de Mercedes, que ayer tarde no la ví?.
José González Sánchez