Sábado, 20 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Entre el cielo y la tierra
X

Entre el cielo y la tierra

Actualizado 23/04/2015
Juan José Nieto Lobato

[Img #287597]

Mi patria son mis libros, declaraba Roberto Bolaño en una entrevista. Tiene la literatura una suerte de vocación ecléctica que la conduce a tender puentes sobre el abismo y a quebrar fronteras a su paso. Sin embargo, pese a lo universal de su ADN, los libros ?los buenos libros? huelen también a las flores del jardín donde dimos nuestros primeros pasos o al perfume de la chica de la que nos enamoramos cuando no sabíamos, siquiera, lo que significaba el amor; es decir, los libros, con sus historias, nos devuelven por unos instantes, con independencia de donde nos encontremos, a nuestra patria chica. Por eso, hoy, 23 de abril de 2015, no debe importarnos celebrar la fiesta del libro y la de nuestra comunidad autónoma. Y es que las historias, a la vez que nos hablan de sentimientos intemporales y ubicuos, nos sitúan en lugares con una geografía muy precisa y, a su vez, estos lugares, aparentemente concretos, únicos y finitos, nos anuncian también, a través de las líneas del horizonte, un mundo entero por descubrir.

De este tipo de historias nos nutre también el deporte. El deporte concebido como una forma de vida; el deporte observado desde sus más profundas entrañas. En ellas se funden también lo universal y lo particular, lo abstracto y lo concreto. Sirva como ejemplo el documental Pelotero, (2011) en el que Ross Finkel y el resto de su equipo nos trasladan a San Pedro de Macorís, en el sureste de la República Dominicana, para explorar la vida de dos muchachos que sueñan con jugar en la Major League of Baseball y escapar así de la pobreza. Esta historia, trasladada a los suburbios de Chicago, es la misma que libraron décadas atrás William Gates y Arthur Agee, para jugar en un buen college y llegar a la NBA, como lo habían hecho sus ídolos de infancia: Michael Jordan e Isiah Thomas. Es Hoop Dreams, (1994) y no solo por su mayor metraje, una obra superior a Pelotero, pero en ambas encontramos los mismos anhelos, los mismos, o parecidos, códigos de conducta y esa presión que envuelve a los entornos familiares cuando el deporte se convierte en el bote salvavidas de un contexto dominado por las drogas y las bandas callejeras.

Las figuras de Ayrton Senna y Muhammad Ali comparten, amén de un asiento vitalicio en el Olimpo del deporte, una fervorosa religiosidad y un destino, aunque con matices, fatídico, el hecho de haberse erigido en personajes relevantes de la vida política y social de sus respectivas comunidades. En Senna, documental dirigido por Asif Kaspadia en 2010, podemos ver a un hombre concienciado con los problemas del Brasil de su tiempo y en el que la humildad con la que se aproxima a sus compatriotas oculta, casi por completo, la altivez con la que se desplazaba por los circuitos. En la oscarizada When we were kings, de 1996, Leon Gast nos desvela la intrahistoria del combate que terminaría de encumbrar a Ali como el más grande boxeador de todos los tiempos. Sucedió en Kinshasa, capital del Zaire. Al grito de "Ali, boma ye" ("Ali, mátalo") el otrora Cassius Klay enviaba a la lona a Foreman ante el delirio de los presentes. En realidad eso fue lo de menos, pues la pelea le sirvió, ante todo, al oriundo de Kentucky, para hacer valer sus reivindicaciones en favor del "black power". El continente africano sigue aún hoy, cuarenta años después de la pelea, inmerso en numerosos conflictos y abatido por hambrunas y epidemias, pero Ali contribuyó, sin lugar a dudas, a ponerlo en el mapa y a reivindicar su cultura planteando, así, el necesario diálogo entre lo global y lo local.

En The endless summer (1966) Bruce Brown sigue con su cámara la búsqueda obsesiva de la ola perfecta llevada a cabo por dos surfistas californianos. Pablo Iraburu y Migueltxo Molina, por su parte, nos contaron en 2012 el infructuoso intento de un equipo de montañeros por salvar la vida de Iñaki Ochoa a 7.400 metros sobre el nivel del mar en el documental Pura vida. Y en ambos, por más que el surf pueda parecer una experiencia más prosaica que la de ascender al techo del planeta, se puede observar el deseo compartido de surfistas y alpinistas por encontrar sus propios límites en medio de un contacto íntimo con las manifestaciones más violentas de la naturaleza. El mar y la montaña pueden convertirse en unos pocos segundos en un cementerio, pero para quien ha nacido viendo subir y bajar la marea o mirando hacia las cumbres nevadas de los puertos pirenaicos o alpinos, la muerte es un riesgo asumible compensado con creces por el placer de sentirse finalmente libre en la cúspide de una ola o en la de un himalaya.

Historias, libros abiertos que ponen en relación sensaciones que todos hemos podido experimentar, pero que solo se explican en su contexto espacial y temporal. Cuentos de final trágico o feliz que nos deja el deporte y que mientras plantean el cielo como aspiración nos devuelven, de súbito, a la tierra de la que un día partimos.

1363391870114.JPG

*En esta foto observamos al equipo de expedicionarios que se movilizaron para tratar de salvar la vida de Iñaki.

FELIZ DÍA DEL LIBRO Y FELIZ DÍA DE CASTILLA Y LEÓN.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...