PEÑARANDA | Churros, porras y aperitivos naturales son su carta de presentación en la calle Elisa Muñoz 2
Es sin duda uno de los establecimientos con mayor solera y de mayor arraigo entre peñarandinos y vecinos de toda la comarca. Tan antiguo como el despertarse, eso si, haciéndolo de una manera diferente, ofreciendo un producto artesano y de calidad. Los churros, porras y aperitivos de Churrería La Gaviota han acompañado a generaciones enteras durante más de cuatro décadas, del blanco y negro al color, pasando por las modas y las muchas vivencias que atesoran junto a los cientos de clientes que cada fin de semana tienen como punto de encuentro el número 2 de la calle Elisa Muñoz.
María Jesús y Miguel Ángel abren sus puertas mucho antes de despuntar los primeros rayos de sol para tenerlo todo a punto y dar los buenos días del primer al último cliente que cada sábado, domingo y festivo no duda en saltar de la cama y comenzar el día con un buen café o chocolate acompañado por sus churros. Sobre la receta de este artesanal producto poco podemos desvelar, si bien lo único que podemos explicar es el mimo y el cuidado que ponen en ellos, elemento imprescindible para que cada pedido sea único y simplemente delicioso.
De sus aperitivos podríamos decir lo mismo, pues salen de manos especialistas, con décadas de experiencia en la creación de la más amplia variedad de snacks que hacen las delicias de grandes y pequeños. Una variedad que, al igual que los churros, cuentan con productos naturales de primera calidad, lo que sumado a un proceso meticuloso hacen que cada bolsa de sus famosas patatas, cortezas, aros, gusanitos etc.?cuenten con un elemento que diferencie a cualquier otra. Es por ello que, a día de hoy, son conocidos en numerosos puntos de España y Europa.
Churrería La Gaviota ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, utilizando la última tecnología en su maquinaria, algo que no impide que la magia de sus churros y sus porras se siga manteniendo como el primer día. Hoy, aquellos que desde el chupete despertaron con su sabor, hoy lo siguen haciendo eso si, con sus hijos ó nietos como compañeros de ese desayuno artesano que nunca cambia.