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Defender a España es sinónimo de Democracia
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Defender a España es sinónimo de Democracia

Actualizado 08/04/2015
Andrés Barés

Laesa maiestas o Laesae maiestatis (crimen), llamado en español "lesa majestad" es un crimen u ofensa hecha en contra de la dignidad de un Rey o Monarca o contra el Estado. Sus fuentes más antiguas lo remontan al reinado de Tiberio alrededor del año 15 dC. Este comportamiento fue primeramente clasificado como una ofensa criminal contra la dignidad de la República Romana en la antigua Roma. Por aquel entonces el emperador Romano estaba identificado con el estado romano siendo aplicado esencialmente a las ofensas en contra de su persona. Legalmente el princeps civitatis o el "primer ciudadano" nunca se convirtió en un soberano, pues la república nunca se abolió, los emperadores tenían que ser deificados como "divos", primero y al final aun reinando por lo que gozaban de la protección legal por parte del culto imperial del estado.

Las ofensas contra la Majestad como ofensas contra la Corona siguieron vigentes, siguiendo la tradición del Derecho Romano, y predominaron en los reinos europeos que emergieron tras la caída del Imperio Romano, durante la Edad Media y Moderna. Pudiendo los actos más graves ser considerados como traición. Con la revolución francesa y el surgimiento de nuevos estado o repúblicas no se abandonó el crimen de lesa majestad en sus diversos significados como el de "traición a la patria o al estado".

Por lo que nos toca y en la actualidad en España las injurias a la Corona constituyen un delito de lesa majestad tipificado en los artículos 490 y 491 del Código penal español, que prevé penas de prisión de cuatro a 24 meses. Este delito ha sido causa de controversia entre las fuerzas políticas y de polémica en diversas ocasiones que todos conocemos por cierta tibieza o falta de rigor a la de aplicar la Ley. Parece que en este caso nunca son tiempos para aplicar la Ley.

El delito de injurias a la Corona se encuentra recogido en la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal en su Título XXI, llamado Delitos contra la Constitución. En el Capítulo II se recogen los Delitos contra la Corona, en los que se incluyen: [...] al Rey, o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o a algún miembro de la Regencia, o al Príncipe heredero de la Corona [...] art. 485.

En el punto 3º del arriba mencionado artículo 490 se establece que: "El que calumniare o injuriare al Rey o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o a algún miembro de la Regencia, o al Príncipe heredero de la Corona, en el ejercicio de sus funciones o con motivo u ocasión de éstas, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la de multa de seis a doce meses si no lo son".

Y en el 491: "1. Las calumnias e injurias contra cualquiera de las personas mencionadas en el artículo anterior, y fuera de los supuestos previstos en el mismo, serán castigadas con la pena de multa de cuatro a veinte meses. 2. Se impondrá la pena de multa de seis a veinticuatro meses al que utilizare la imagen del Rey o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes, o de la Reina consorte o del consorte de la Reina, o del Regente o de algún miembro de la Regencia, o del Príncipe heredero, de cualquier forma que pueda dañar el prestigio de la Corona."

Estos últimos años hemos asistidos en España a actitudes, que en castellano lígrimo y antiguo, tildaríamos de cobardes, contra la Corona y lo que representa, contra España misma. La Corona de España ostenta la Jefatura del Estado en representación de todos los españoles. Por ello es necesario recordar que merece el respeto que nos merecemos todos, y el que tenemos por nosotros mismos.

Pérez-Reverte en su libro el "Sol de Breda" define claramente lo que es un cobarde y transcribiendo sus palabras en boca de Alatriste: "Quien mata de lejos lo ignora todo sobre el acto de matar. Quien mata de lejos ninguna lección extrae de la vida ni de la muerte: ni arriesga, ni se mancha las manos de sangre, ni escucha la respiración del adversario, ni lee el espanto, el valor o la indiferencia en los ojos. Quien mata de lejos no prueba su brazo ni su corazón ni su conciencia, ni crea fantasmas que luego acudirán de noche, puntuales a la cita, durante el resto de su vida. Quien mata de lejos es un bellaco que encomienda a otros la tarea sucia y terrible que le es propia. Quien mata de lejos es peor que los otros hombres, porque ignora la cólera, y el odio, y la venganza, y la pasión terrible de la carne y de la sangre en contacto con el acero; pero también ignora la piedad y el remordimiento. Por eso, quien mata de lejos no sabe lo que se pierde".

Estamos en España muy acostumbrados a matar de lejos. A tirar la piedra y a esconder la mano, a ir poco con la cara limpia y desnuda. En algunas regiones o autonomías se ha convertido en un deporte permitido, incluso para la clase política. Algunos ahora lo quieren prácticar en los campos de deporte pitando al Himno y a la Corona. No se debe permitir, en ningún caso, y se deben buscar las medidas para que no ocurra.

Esta crisis económica no hace más que resaltar, día tras día, la crisis de valores que afecta a nuestra sociedad. España como Estado y como Nación que lo es, mal que les pese a ciertas minorías, de todo tipo y corte, que sólo persiguen cobardemente sus fines, sólo saldrá adelante como tal, como Estado y como Nación. Con una fuerte unidad social y por ende política, en el sentido de remar en pro del bien de común. Trabajando todos los ciudadanos juntos y convencidos en una misma dirección que es la del sentido común y el bien de todos. Para poder forjar así las bases de un futuro común en el que no se pierdan los recursos y energías en temas que no aportan ni riqueza ni bienestar a los ciudadanos. No dudando en denunciar cualquier cosa que vaya en contra. Defender a España es siempre sinónimo de Democracia.

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