Y al tercer día vuelta a lo mismo

Es un misterio, y como misterio, no tiene un análisis desde la lógica. Y es que Cristo resucitó al tercer día y en esas estamos. Buena ganas de pensar más para no llegar a ninguna conclusión. O sea, a la fiesta, a la pascua. Es genial: primero sufrimos, lloramos y después venga palmas y alegrías. Como espectadores de una tragedia de Sófocles o Esquilo. Pero hay que reconocer una cosa: por mucho que la Semana Santa sea dura y penitencial (menos para los turistas entregados a la gastronomía y al folklore) hay que reconocer que seis días de sufrimiento son muy pocos cuando pensamos que después nos esperan 359 ó 360 días a todo tren. Bien pensado la cosa no es tan grave. Pero, cuidado, que un amigo mío, inteligente y observador, con humor negro tipo Ops, dice que no nos olvidemos, que "donde más tiempo vamos a pasar es muertos", o algo así. Y es cierto: los días y las horas eternas no están aquí. Dicha esta realidad vamos a seguir el tiempo de juerga, que lo demás no nos conviene ni mencionarlo. ¿Para qué?

Y es que estamos en primavera, que es la vida, campo abierto, verde, cerealista, preñado, a la espera de amapolas de sonrisas inútiles y malsanas, pero bellas, que ya es un mérito. Rojas y marchitas, pero bellas, como los cardos marianos, morados, sorprendentes, casi en contra de su propia naturaleza. Esto es Castilla, y esto es León, y Murcia, y Extremadura, y Cataluña; esto es la España de estos días que acaba de salir de miles de funerales públicos y escenografías de teatro real, espectáculos increíbles, patéticos, únicos en el mundo, tal y como tal vez, aunque sea en estereotipo, somos nosotros los españoles: gente extrema, incomprensible, quevediana y quijotesca a la vez.

A partir de ahora mismo tienen vía libre los políticos, como cada cuatro años. Empieza la precampaña electoral y, claro, nada puede ser igual. Nos jugamos mucho, el futuro, que es una palabra mayor. Desde niño yo siempre me he jugado el futuro, y en esas sigo después de años y años. El futuro. ¿ Y qué es el futuro?. ¿Acaso la Semana Santa es el pasado? ¿Acaso la Semana Santa no es el presente?.¿ Acaso la Semana Santa no es el futuro? Qué lío, ir y venir, marchar y volver, estar siempre entre el pasado y el presente, y el futuro, y el más allá, y aquí.

En eso pasamos el tiempo: en descubrir lo que nunca descubriremos y en lucubrar sobre lo que jamás entenderemos. Desde niño yo ando en esas: los frailes diciéndome que si esto y que si aquello y yo que no lo entiendo. Y pasados los años, en lo mismo me encuentro. De niños no entendemos nada realmente, pero de mayores menos. Nacemos, crecemos, nos desarrollamos, leemos, estudiamos, buscamos la prédica, dialogamos, escuchamos al maestro, pero nada, seguimos cada día más confusos. Sólo cuando llevamos tres o cuatro vinos encima se nos aclara la voz y la inteligencia. Pero eso está prohibido, incluso decirlo, porque puede considerarse apología del alcoholismo, y eso es peor que pecar. O sea, fuera.

Quiero decir y digo: que antes de Semana Santa no entendía nada, que durante de Semana Santa se me cruzaron todas las entendederas y que terminada la Semana Santa no alcanzo a ver más allá del día a día, del momento al momento, del abrazo al amigo, del beso al ser querido, de la emoción ante la palabra precisa, de la sorpresa ante el verbo brillante. Igual que de niño.

A lo mejor un día de estos se me aclaran los conceptos y empiezo a hilar para escribir de política, que estamos en época preelectoral, y es lo que priva, lo que vale, lo que interesa. Y a lo mejor recuerdo que, como decía Aristóteles ? porque lo dijo el macedonio Aristóteles ? que "la virtud está en el medio", o sea, en el centro, ese que ha perdido el PP de Rajoy, el mismo que se le ha escapado a Rosa Díez y el original que está ganando Albert Rivera. El centro, ese que hizo la transición española, el de Adolfo Suárez, ese centro que hacía ganar elecciones de forma sobrada a Felipe González. El centro.

Pero hoy no voy a seguir escribiendo de política porque la política es muy prosaica y hoy estaba yo entre filosófico y poético. Ahí me voy a quedar que tiempo habrá, como decía Tip y Coll, de hablar la próxima semana del gobierno.