Cómo votar, por Javier Ramos Pérez

Arrojar una papeleta en una urna es lo que todo el mundo entiende por votar. La democracia implica el verbo, pero que sea posible votar, no trae consigo la democracia.

Prácticamente todo el mundo sabe dirigirse a un colegio electoral, coger un sobre, o llevarlo de casa, e introducir en este una papeleta. Esa papeleta es la representación de un partido, que debe su legitimidad como representante ciudadano a quienes le otorgan votos.

¿Se puede votar de cualquier manera? ¿Repercute el voto? ¿Es necesario pensar que se vota?

Visto lo visto en este país; por supuesto que se puede votar de cualquier manera, y palpables son las repercusiones de este voto "loco". Es decir, el voto que no ha sido fraguado conjunto a un análisis de situaciones etc?

Respecto a la reflexión necesaria para llevar a cabo el noble acto de votar, es importante tener en cuenta los factores principales de la decisión. Son varios estos, pero se pueden estructurar en cuatro bloques predominantes; se diferencian factores ideológicos, personales, coyunturales y pragmáticos.

El factor ideológico es fundamental, pero este está condicionado por la información, por tanto es posible que en ciertas personas ejerza una influencia mayúscula comparada con la de otras personas. En alguien que esté muy politizado, sea estudioso de un modelo político o de un autor, la carga ideológica va a influirle más que a quien no se preocupe de comprender el funcionamiento político en mayor medida de lo que le muestra el periódico y el televisor. La ideología debe de ser el principal apoyo del voto de una persona.

Los factores personales, que trataré en segundo lugar, son el principal factor real condicionante del voto. El interés personal no entiende de ideologías. "Giovanni Sartori" explicando el funcionamiento de los modelos ideológicos, explica que aquellos que sólo miran por su bien, es decir, los pragmáticos, son los que mejor funcionan. El problema es que para ser un verdadero pragmático, hay que tener también, una dosis de información quizás elevada, o costosa de comprender para una parte de la población. El pragmático es aquel que mientras se encuentra en una posición acomodada, vota a quien sea garante de esa posición, sin embargo, cuando su posición se desvanece, vota a quien más ayuda de todo tipo le ofrezca. Carece de ideología totalmente, tiene un sistema de creencias completamente abierto.

En tercer lugar, los coyunturales son aquellos que ejercen influencia externa, es decir, el lugar en el que vives, la memoria histórica o política podríamos llamarlo incluso, Los amigos, las relaciones familiares, etc?Todos estos factores son condicionantes del voto. Ejercen una influencia aparentemente insignificante pero que cala en el inconsciente. Si un amigo constantemente te repite que la política es una estupidez, aunque en un principio tú no lo creas, terminarás teniendo en cuenta la opinión nociva, y en última instancia, cambiando el voto en favor de quien te ejerce influencia. La coyuntura también ejerce presión en función de la localización geográfica. En Cataluña, hay que ser valiente para decir que estas en contra de la independencia, y estas a favor de un estado español centralizado. La presión social que proviene del exterior, es también un importante condicionante del voto.

Por último; los factores pragmáticos que me dispongo a tratar, son similares a los anteriormente comentados, pero tienen algo diferente. El pragmatismo personal es aquella búsqueda individualizada del bien propio, es decir, es la manera de encontrar el máximo beneficio para uno mismo sin tener en cuenta las reclamaciones ajenas a ese uno.

El pragmatismo, como yo lo denomino, general, es aquel que atiende a la mejor manera de proceder en pro del beneficio común. Quizás alguien que tiene un pequeño negocio se plantea si defraudar una suma de dinero o no. Comprendiendo que el status de bienestar del estado se mantiene por los impuestos, no pagarlos es defraudarse a uno mismo, y por tanto actuar en contra del interés general. El pragmatismo general puede influir en el voto, en la medida que se piense que las medidas de una determinada administración, a pesar que para uno sean beneficiosas, pueden generar una devastación económica o política y por tanto, condiciona si votar o no a un partido.

Todo esto que he comentado, es un simple esquema de pasos a seguir para votar con cabeza: informarse, percibir con qué partidos se tiene una sensibilidad ideológica mayor, estudiar la situación personal, si beneficiarían o perjudicarían las medidas de un gobierno u otro, y atendiendo no sólo al interés personal, sino al general también, y por supuesto mostrar ética y lógica. No votar a quién quiere apoderarse de una institución, a quienes quieren hacer del ayuntamiento un cortijo, durante veinte años más. Olvidar las propuestas apolíticas, como muy bien dijo Anguita en el casino, tener claro quién es quién, valorar el empeño mostrado por los candidatos?

Una votación es compleja, pero si alguien atiende y analiza poco a poco los conceptos que he repasado, es posible que dé con el partido que más le pueda ayudar en su cotidianidad; Quizás se encuentre con el partido que ha rechazado ideológicamente durante mucho tiempo, pero resulta que ahora que ha analizado la situación, es el que más mejora puede ofrecerle, o quizás ha simpatizado ideológicamente con el partido que ni pragmáticamente ni personalmente puede apoyar, ya que su política real es completamente opuesta a su modo de vida.

En la mano, o en la papeleta mejor dicho, de la ciudadanía, de los Mirobrigenses, está el futuro de un pueblo, una comunidad, un Estado? Los votantes deben actuar inteligentemente, y no votar al primer amigo que se les pasa por el consistorio. En el análisis de las situaciones y medidas, está la virtud, y no en la centralidad como diría algún refranero. En las manos del pueblo Mirobrigense queda que en el ayuntamiento haya corruptos, o personal preparado y dispuesto a luchar por el pueblo, en las calles, como ya se hace, y en las instituciones, como poco a poco se va consiguiendo.

Javier Ramos Pérez

Estudiante