Unas sencillas cruces de madera escoltan los pasos a lo largo del camino, entre Almenara y San Pelayo de Guareña, en el que el penitente se detendrá 14 veces
Unas sencillas cruces de madera escoltan los pasos a lo largo de un camino en el que el penitente se detendrá 14 veces, tantas como las estaciones del Vía Crucis. Un camino que tiene en la humildad de la cruz su mejor guía.
(Imagen de las cruces colocadas para el Vía Crucis Interparroquial a lo largo del camino rural que une Almenara de Tormes con San Pelayo de Guareña)