Feminismo

Corro el riesgo de que mi opinión de hoy sea malinterpretada, pero consideraré que el problema no será mío, sino de quien lo malinterprete.

Lo digo porque cuando ha surgido una conversación en la que he intentado exponer mi pensamiento sobre lo que voy a escribir, se me ha interrumpido con frases de sorpresa y casi indignación por parte de mis interlocutoras femeninas, y cierta sonrisa de complacencia por parte de los masculinos.

Terreno resbaladizo es, lo sé, pero que cada cual al leerlo se ponga el calzado que le plazca y que patine o camine.

Al menos tengo la ventaja de que, al ser escrito, no se me interrumpirá y podré llegar hasta el final.

Quede por bien sentado que para mí el feminismo es uno de los grandes avances de nuestra sociedad, en el que queda mucho por trabajar.

Sentado ésto, voy ahora por los derroteros (literalmente) por los que a mi manera de ver, la esencia del feminismo va adquiriendo aromas de putrefacción, desvirtuando los verdaderos objetivos de este logro.

Así como la libertad puede derivar en libertinaje, el feminismo puede, y de hecho en parte así está pasando, derivar en el esperpento, en el momento en que algunas féminas (ALGUNAS) identifican el derecho de la mujer a ser igual que el hombre, con el ser hombrunas, y así nacen las machogirls.

Muchas chicas ya no son chicas, son tías soeces, berreonas, caballunas, peleonas. Éso sí, se ponen unos tacones de cuarto y mitad sobre los que no saben andar, y van con el culo hacia atrás y medio cuerpo hacia adelante, intentando mantener un equilibrio imposible para sus destartaladas maneras. Beben y beben y vuelven a beber, hasta caer en el suelo patéticamente, como aquellos borrachos del siglo pasado tirados en la calle, que tanta pena nos daban.

Otra faceta de la derivación del feminismo a la idiotez es la de que en estos momentos o "trabajas fuera de casa", o si eliges ocuparte de la familia porque no necesitas aportar un sueldo, y porque lo eliges, repito, produce en las más "in"algo así como, no digo desprecio, pero sí conmiseración, por tener una meta tan "primaria" (¡Cristo de la Veracruz!), o te califican de inútil, o cómoda mantenida.

A ésto prefiero no hacer comentario alguno, porgue me llevaría demasiadas páginas virtuales.

Quiero hacer también referencia a las acusaciones al nuevo Gobierno griego por no haber en él ni una sola mujer. A ver, si hubiera sido al revés y no hubiera ni un solo hombre, ¿se habría armado tanto revuelo? A lo mejor es que ninguna se presentó para el cargo, pero ¿qué más da?.¿No queremos ser iguales? Pues unos son elegidos y otros no, independientemente del sexo, que habrá muchos hombres que tampoco han sido designados y no han dicho ni pío.

Y es que la política se ha convertido en el mayor escaparate del feminismo, y para dejar al sector contento, se ponen mujeres y mujeres a granel en puestos públicos, en los que dentro de nada no habrá lugar para las corbatas. Y éso tampoco, que a veces por su valía no se eligen, solo hay que ver algunas de estas políticas (ALGUNAS) que no valen ni para barrer el suelo del despacho que ocupan.

Hay muchas cosas que igualar todavía, sí, pero avanzamos poco, porque en lugar de navegar por el río, entramos y salimos por afluentes por los que nunca llegaremos al mar.

Uno de los temas más hirientes para las mujeres es la desigualdad salarial, ¿por qué todavía no se ha conseguido nada?

Frente a esto, contemplamos a los hombres contra los que se descargan iras, a los que se está discriminando descaradamente en temas como los derechos de custodia de los hijos, pensiones de divorcio, etc.

No hay nada más machista hoy que llevar al extremo el feminismo, ver desigualdad donde no la hay o exagerarla. Esto no hace más que dar por sentado aquello contra lo que se pretende luchar.