Esas mujeres transversales

No obstante, quién me manda profundizar en los cuentos de Alí Babá si el tema que nos ocupa, la prostitución, no tiene nada que ver con ellos, a no ser que yo esté equivocado, puesto que en algunos países la prostitución cotiza en Bolsa y sabemos que la Bolsa es una de las mayores meretrices que existen, pues el dinero llama a dinero y nada entiende de moral.

Ya la hemos nombrado. Hoy la actualidad nos lleva a hablar de prostitución. Y si no han estado atentos a la noticia ?que ya se sabe que la prostitución lo mismo levanta pasiones que recibe el mayor de los desprecios? un juez de Barcelona ha resuelto a favor de la Seguridad Social un pleito en el que reconoce como trabajadoras a tres chicas que ejercían la prostitución a sueldo de una madame.

Todavía queda pendiente el derecho de recurso, pero algun@s se han echado las manos a la cabeza y han mostrado su opinión, a favor o en contra, con nada desdeñables argumentos. Uno de ellos llega de voces feministas, que advierten que, en caso de que la prostitución se considerara un trabajo, "cualquier mujer que estuviera inscrita en la oficina de desempleo tendría la obligación de hacer de prostituta si éste fuera el puesto disponible, de lo contrario perdería su subsidio de desempleo".

Y a favor de reconocerles la condición de trabajadoras se manifiesta el político Joan Tardà, de Esquerra Republicana de Cataluña, quien señala que "el reconocimiento de derechos a quien ejerce la prostitución libremente es la mejor manera de luchar contra la explotación".

Pero el mundo de la prostitución es muy variado y complejo, y mientras existen prostitutas esclavas de las mafias, otras ven en ello dinero fácil, y como mujeres bravas no escatiman en señalar que prefieren alimentar a un chulo que a un presunto "proxeneta" llamado Hacienda.

Por ello, cuando saltan a la actualidad sentencias como la referida, no es de extrañar que la gente piense de esta manera: "Vamos a ver, ¿de qué nos quieren distraer? ¿Acaso alguien se cree que la prostitución, como una actividad libremente ejercida o enmascarada por miles de eufemismos, se vaya a acabar jamás?".

Hace unos años, cuando la crisis estaba en la puerta pero no había tocado el picaporte ni para los economistas, cayó en mis manos una entrevista realizada a una "asistente sexual", quien decía sin ambages que su oficio era administrar los beneficios de la sexualidad a algunos jóvenes con retraso o impedidos de clase media alta. Bien dicho, porque a los demás, si entonces la ayuda no les llegaba ni para la electricidad del carrito, a quién se le iba a ocurrir reivindicar tales servicios, y hoy menos, hoy ni pensarlo. Aunque nos vale como ejemplo. ¿Un juez llamaría trabajo un caso como éste? Quizá sí.

Pero si en lugar de esto, colocamos en "Google" la palabra "porno" y aparecen millones de entradas ofreciendo toda clase de servicios, ¿quién se cree que eso puede legislarse de alguna manera? Imposible. La prostitución estuvo en el principio y estará, como ya hemos dicho, en el final de los siglos, y a pesar de las lacras, es la profesión más liberal de todas las profesiones liberales, ya que mientras exista un hombre necesitado, siempre encontrará el bálsamo de una prostituta. Y una vez satisfecha la necesidad, en este mundo de hipocresías será muy difícil que alguien reconozca públicamente haber utilizado los servicios de una meretriz.

Eso sí, siempre se le llamó oficio aunque no lo fuera. Y en el arte, en la copla o en la literatura de esta manera lo tenemos recogido en antiguos orfebres, en piezas pictóricas, en "La Celestina" y hasta "apoyá en el quicio de la mancebía?". Pero con las "mujeres públicas", con las que no acabó ni Franco "el Casto" ?veinticinco burdeles disponía Salamanca en 1943 y Madrid 1.200? no acabará nadie. Y ahora piense esto en horario no infantil y dígame quién, para controlar el negocio, le pone un código de barras al himeneo intermitente.

Para ir finalizando, repasamos brevemente algunos momentos de la Historia: se conocen casas de lenocinio entre los griegos o los fenicios; gran represión en la España visigoda; por medio de la Inquisición, crueldad con las prostitutas en la baja Edad Media; sífilis con enormes estragos a comienzos del siglo XVIII? Esto a grandes rasgos, y desde entonces ha habido más lacras y Reales Decretos de reorganización, pero nunca llegó a conseguir la "oficialidad" de ser un oficio.

Por último, sólo me queda pedir árnica si en algo me he excedido o he sido mal interpretado, ya que las putas, como seres humanos, tienen todo mi respeto, y en lo demás cada uno/una es dueño de pensar lo que quiera.