Enrique Viloria profundiza en el filósofo catalán Salvador Pániker

Tras estar en Salamanca el pasado octubre, como poeta invitado al Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Viloria ha vuelto a la ciudad como ensayista de temas filosóficos, a través de 'Comprensión de Salvador Pániker', libro aparecido bajo el sello del CEIAS, editorial salmantina.

Enrique Viloria Vera es catedrático en la Universidad Metropolitana de Caracas, pero dice que siempre gusta aclarar su profunda vinculación con Salamanca, "ciudad donde tengo grandes amigos y en cuyos ámbitos académicos y culturales se ha sabido valorar mi obra desde hace más de diez años". Precisamente, el Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca (CEIAS), dirigido por Alfredo Pérez Alencart, poeta y profesor de la Universidad de Salamanca, acaba de publicar bajo su sello editorial el último trabajo de este polígrafo venezolano, 'Comprensión de Salvador Pániker', con el que Viloria suma más de ciento veinte libros de temas que van desde el derecho hasta la poesía, pasando por la economía y administración de negocios internacionales, la crítica de arte, el humor, la filosofía o la administración pública.

Para Viloria este trabajo representa su modesto homenaje para celebrar los ochenta y ocho años del reconocido pensador catalán, "a quien conozco mucho y nunca he visto personalmente; nos carteamos de vez en cuando y hablamos por teléfono de cuando en vez", aclara, mientras en la Plaza Mayor de Salamanca evoca la memoria de su amigo Rafael García Casanova, quien en 2001 le regaló un ejemplar del 'Cuaderno amarillo', iniciándolo en la lectura de la obra toda del autor cuyo padre era hindú y su madre de Cataluña.

LENGUAJE APTO PARA TODO LECTOR

En una clara muestra de sencillez, este doctor en Derecho por la Universidad de la Sorbona, precisa que lo que ha buscado es aproximar al lector común lo esencial del pensamiento Pániker. Por ello, regocijándose vivamente con la lectura de los sustanciosos dietarios del desenfadado escritor, agrega que "estas reflexiones organizan a mi manera de lector las suyas de escritor, y no aspiran a ser enjundiosa crítica ni tesis doctoral, tampoco ejercicio críptico de academia decimonónica; se trata de un genuino homenaje al pensador, revestido de manejable sencillez que permita la comprensión de la obra y la persona (¿dónde empieza una y termina el otro?) de uno de los más destacados intelectuales contemporáneos".

La obra de Viloria, que tiene un prólogo del poeta español José López Rueda y nota de contraportada del periodista y escritor venezolano José Pulido, se vertebra en diez capítulos que centran la vida y obra de Pániker: Catalán e indio a su manera; Una familia difícil; La Mujer... las mujeres... otra vez la Mujer; Religado con su dios ? cómplice; Melómano, lector, empresario, editor, periodista y definitivamente escritor; La Retroprogresión; La Defensa de la Muerte Digna; Un ciudadano crítico; Festivo y amiguero; Una mente sana en un cuerpo frágil.

LA CORRUPCIÓN SEGÚN PÁNIKER

Salvador Pániker (Bercelona, 1927) ha sido profesor de Metafísica en la Universidad de Barcelona. También profesor de Filosofía Oriental en la Universidad Autó­noma de Barcelona. Creador del concepto filosófico de "retro­progresión". Sus libros Conversaciones en Madrid y Conversaciones en Cataluña se convirtieron en clásicos del género de la entrevista. Partidario de las aproximaciones híbidras e interdisciplinarias a los diferentes problemas humanos, ha bebido tanto de las fuentes orientales como de la ciencia moderna en sus conceptos filosóficos. Defiende el permanente diálogo entre Ciencia y Humanidades.

Preguntado Viloria sobre lo que piensa Pániker en torno a la corrupción, un asunto que mucho interesa a los españoles, quiso destacar que coincide plenamente con él cuando afirma que la corrupción es, sin dudas, el síntoma de una enfer­medad del Estado. El maestro opina en principio que para que haya políticos corruptos ha de haber ciudadanos corruptores. Dice que el meollo de la cuestión está en el cuerpo social y que a la corrupción hay que combatirla, ante todo, desde el interior de la propia conciencia. Y Pániker es rotundo, concluye Viloria, cuando dice que "la democracia exige que un mínimo de ciudadanos posea eso que se llama responsabilidad moral".