Viernes, 26 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Andar el camino
X

Andar el camino

Actualizado 21/02/2015
Manuel Lamas

[Img #234076]

Distraído con las fotografías se me hizo de noche. Con mi cámara aún dispuesta, apuraba la distancia que me separaba del coche. Mientras me acercaba, los pensamientos iban y venían, alimentados con los recuerdos. En esas reflexiones, también me acompañaban personas que habían muerto.

Pero, en poco tiempo, salí de mi abstracción. Advertí que la vida, es la presencia del yo frente a todo lo que le rodea. Y, vivimos, en la medida en que capturamos el instante sin hacer complicadas previsiones de futuro.

Es importante ser conscientes del momento; hay que estar despiertos, porque, lo que tenemos ante los ojos, cambia permanentemente. Sin embargo, la imaginación es rebelde y, con harta frecuencia, nos empuja hacia mundos que no existen. Esos espacios que imaginamos, jamás se hacen presentes en las condiciones en que los creamos. El tiempo se encarga de añadir infinidad de contingencias que no es posible prevenir.

Quizá no venimos de ningún sitio, ni llegaremos a ninguna parte. Por que, vivir, es andar el camino. Sentir sobre la piel los rayos del sol un fresco día de invierno, o caminar bajo la lluvia sin la protección del paraguas, recibiendo con agrado la misma humedad que vivifica los campos y hace germinar las semillas. Pero también es vivir, abrirse paso entre la maleza, dejando libres los espacios para que otros se aventuren por el mismo lugar con menor riesgo.

Somos naturaleza viva, un poco de cada cosa, para que no olvidemos nuestro origen. Contenemos, por tanto, una parte de esa evolución que nos circunda. Y, aunque parezca que todo termina, lo cierto es que, la vida, nace de la muerte. Como en el árbol de mi fotografía, deshidratado, aparentemente seco, pero con ganas de trascender a través de la rama en flor, que muestra la primavera con todo su esplendor. Sus raíces están vivas y nuevos vástagos verán la luz en la próxima primavera.

[Img #234077]

Cierto que nacemos con la fecha de caducidad insertada en el contrato que hemos suscrito con la vida. Pero, de la misma forma que asimilamos la muerte, como condición inapelable, vemos que la vida se renueva en cada momento. El mundo siempre es joven. Lo comprendemos mejor cuando abrazamos a nuestros hijos y descubrimos en su fortaleza y ganas de vivir, la parte más valiosa de nosotros mismos que se resiste a morir. Hablo del amor que permanecerá en ellos, incluso cuando hayamos marchado.

Estamos hechos de retazos de Naturaleza y por eso llevamos grabado su carácter. El latido de la tempestad, cuando nos enojamos y la esencia del amor condensada en el alma; dispuesta como las yemas que esperan la primavera para romper su prisión y llenar de colores la base de nuestros campos.

Somos efímeros, es verdad. Además, estamos sometidos a contrarios. El todo y la nada nos rodean; la luz y la oscuridad, encienden y apagan nuestro ánimo; el amor y el odio nos hacen amables o iracundos. ¿Cómo podemos esperar tranquilidad si vivimos en la vorágine del tiempo, agobiados por las cosas y por sistemas de vida absurdos que nosotros mismos creamos? No es riqueza lo que necesitamos, sino consciencia para disfrutar lo que tenemos, aunque sea poco. Pero los miedos nos atenazan y el egoísmo nos corrompe. Es muy complicado, vivir sin hacer daño y, más aún, evitar que nos lo hagan.

Tampoco ganaremos el cielo a través de la buena conducta, como nos enseñaron de niños. El cielo, si existe, no es otra cosa que el Amor, donde el tiempo está congelado y los espacios suprimidos. Quizá se trate de un estado del alma que conserva reminiscencias de su origen.

Pero, volvamos al mundo real, con las complicaciones de siempre y las metas proyectadas sobre el horizonte. Volvamos del sueño a la realidad, para andar el camino, al lado de gente de sufre, pero que también ríe y disfruta los buenos momentos. Hemos de fluir como el agua y apagar la sed de quienes nos acompañan en esa andadura, sin preguntarles de donde proceden, cuanto poseen o cual es su color político.

[Img #234075]

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...