El matador de toros salmantino inicia su temporada el próximo 14 de marzo en Fitero, una temporada "ilusionate" marcada por un objetivo: confirmar alternativa en las Ventas
Damián Castaño sueña el toreo y vive para él, aunque la recompensa a esa entrega tarde en llegar. Inicia su temporada el próximo sábado 14 de marzo en Fitero, tarde en la que compartirá cartel con el salmantino Pedro Gutiérrez El Capea y el rejoneador Roberto Armendariz. Una temporada ilusionante que espera sea vital para su desarrollo profesional.
Cuenta atrás ya para esa primera cita de la temporada. ¿Cómo es la preparación?
Muy constante. Este año empezar la temporada tan temprano me ilusiona más si cabe, pues el año pasado que fue mi primera temporada como matador de toros no comencé hasta agosto. Mi vida es continuo preparamiento: físico, toreo de salón y tentar en el campo. Esa es mi rutina los 365 del año.
¿Cómo se presenta la temporada? ¿Avances respecto a la posible confirmación en Madrid?
Por el momento sólo tengo el festival en Mont de Marsan, es una plaza de primera y en Francia, seguro que tiene repercusión. En España nada cerrado, sí hemos hablado con diferentes empresarios pero nada se ha podido cerrar. Yo lo único que deseo de verdad es poder confirmar en Madrid. En 20 días me dan la respuesta y ahí es donde tengo que estar y dar la talla de verdad.
La ausencia de las figuras en Sevilla. ¿Abre más la puerta de la Maestranza?
Sí, sin duda, es la oportunidad de dar hueco a los jóvenes. En mi caso es muy complicado porque hay muchos toreros de allí y yo no he toreado en la Maestranza nunca, lo cual me lo pone más difícil, aunque me alegraría muchísimo que fueran algunos de mis compañeros en situaciones similares.
La temporada pasada se cuajó con triunfos en todas tus actuaciones. ¿La sensación es de que estos triunfos valen para poco?
La verdad es que ahora casi no valen. Desde que tomé la alternativa llevo 16 corridas de toros y en 13 he salido a hombros, y no vale mucho. Tengo la sensación de que lo único que vale es ir Madrid y dar el pelotazo. Esto sirve para uno mismo, pero nada más.
¿Se hace larga la espera?
Sí, y muy dura. Me dedico a ello todos los días de año, llueva o nieve, para luego torear cinco tardes, y no quiero. Sí es verdad que yo he tenido la suerte de que nunca he estado parado. Toreé mucho como novillero, y como matador de toros aunque no ha sido en plazas de importancia sí he tenido varias tardes, pero con eso no me conformo, quiero aspirar a más, no puedo conformarme con esto y es con llegar a ser alguien importante en este mundo con lo que sueño cada mañana.
¿Qué tiene Damian Castaño para dar que justifique su inclusión en las ferias?
Creo que mucho, una dimensión desconocida. Ha cambiado totalmente mi concepto de cuando era novillero. Ahí salía con muchas ganas, a cortar las orejas, ahora ya no. Cuando me enfrento a una corrida de toros quiero torear profundo, para mí, porque es como disfruta el aficionado. Quiero que se me conozca, que se me vea y a partir de ahí se me juzgue. Tengo condiciones que merecen esa oportunidad que siempre reclamaré.