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La Junta inicia el expediente para declarar a Villanueva del Conde Conjunto Histórico
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NÚCLEO URBANO Y ZONAS DE CULTIVO EN BANCALES

La Junta inicia el expediente para declarar a Villanueva del Conde Conjunto Histórico

Actualizado 10/02/2015
Redacción

Enclavado en la comarca de Sierra de Francia-Quilamas, conserva un interesante conjunto arquitectura tradicional, así como edificaciones de singular interés

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Con su publicación este martes en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl), la Dirección General de Patrimonio Cultural da por iniciado el expediente para la declaración del municipio de Villanueva del Conde como Bien de Interés Cultural con Categoría de Conjunto Histórico.

De acuerdo con la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León, tendrá la consideración de Conjunto Histórico "la agrupación de bienes inmuebles que forman una unidad de asentamiento, continua o dispersa, condicionada por una estructura física representativa de la evolución de una comunidad humana, por ser testimonio de su cultura o constituya un valor de uso y disfrute para la colectividad, aunque individualmente no tengan una especial relevancia. Asimismo, es conjunto histórico cualquier núcleo individualizado de inmuebles comprendidos en una unidad superior de población que reúna esas mismas características y pueda ser claramente delimitado".

Villanueva del Conde es un pequeño y singular conjunto situado al suroeste de la provincia de Salamanca, en las estribaciones de la Sierra de Francia. Las peculiares características topográficas y climáticas y el alto grado de antropización del medio, han condicionado la fisonomía y personalidad única de este conjunto, caracterizado por conservar un interesante conjunto de arquitectura popular y una atípica estructura urbana emparentada, como señala Carlos Flores en su Tratado de Arquitectura Popular Española, "con algunas de las propuestas de ciudad ideal surgidas del Renacimiento o de los utopistas de hace un siglo", que se ha ido conservando a lo largo de los siglos, por lo que en la actualidad constituye un relevante documento histórico representativo de las formas de vida y reflejo de la identidad social y cultural de un pueblo.

Este municipio, enclavado en la comarca de Sierra de Francia-Quilamas, conserva un interesante conjunto arquitectura tradicional, así como edificaciones de singular interés, entre las que destaca la iglesia parroquial, bajo la advocación de San Sebastián y San Fabián, de los siglos XV y XVI y la Ermita del Humilladero, ubicada a la entrada del pueblo, de comienzos del siglo XVII.

Interesante arquitectura tradicional

[Img #224624]El sistema de construcción ligado a las actividades productivas ha estado siempre condicionado por el entorno, la climatología y la disponibilidad de materiales cercanos, como son la madera, la piedra, el barro y la cal. La madera, generalmente de castaño, se utiliza en vigas, pilares, escaleras o entramados; la piedra de granito y cuarcita, utilizada en los muros de carga, presenta diferentes tamaños y aparejos, trabadas con barro o morteros de cal; el barro y la cal se utilizan para los revestimientos, tanto interiores como exteriores. Todavía pueden encontrarse en Villanueva del Conde algunos ejemplos de esgrafiado, técnica que consiste en el raspado de diferentes colores y texturas, que enriquecía y decoraba las fachadas.

Generalmente, las casas presentan tres plantas y en ocasiones en el borde del casco dos. La planta baja está construida con muros de carga de piedra y las dos superiores en entramado de madera con forjado de lajas de granito de la zona y posterior encalado. Aparecen numerosos ejemplos de solanas en la primera y segunda planta, que rematan con aleros de madera de gran vuelo, conformando interesantes ritmos y visiones recortadas del cielo. En su interior, la vivienda presenta una disposición coherente, atendiendo a una estratégica adaptación a las condiciones climáticas.

Las casas suelen disponer de dos entradas, una grande que da acceso a la planta baja donde se sitúa la cuadra y otra más pequeña, que sirve de acceso directo a la vivienda. Todavía se conserva en algunas construcciones antiguas la entrada principal a cierta altura de la calle, a la que se accede mediante escalera de madera o mampostería.

El acceso a una amplia zona de huertas fortificadas se realiza a través de los llamados 'pasajes' o 'callejinas'

En la primera planta se disponen los dormitorios generalmente interiores que aprovechan el calor del ganado que desprenden las cuadras situadas por debajo. En la segunda planta se situaba la cocina y una sala con salida al exterior a través de un balcón o solana, casi siempre orientado al sur o al este. Por encima, encontramos el bajocubierta o sobrado, conectado directamente con el hogar por medio del 'sequero', entramado de madera situado horizontalmente sobre el forjado de la cocina que además de actuar como cámara aislante de la vivienda, permitía el ahumado y secado de los productos de la matanza.

Así, el conjunto urbano de Villanueva del Conde presenta la tipología edificatoria típica de la Sierra de Francia y en este sentido comparte las características constructivas de la arquitectura popular de las comarcas serranas del sur de la provincia salmantina, que han singularizado y convertido sus municipios en destacados conjuntos históricos, muchos de ellos declarados de interés cultural.

Estructura urbana, elemento diferenciador

[Img #224625]Pero, sin duda, el elemento más destacado y diferenciador de Villanueva del Conde es su estructura urbana. Se trata de una estructura atípica, configurada como un recinto amurallado perfectamente cerrado, formado por las propias edificaciones que se iban construyendo a lo largo de la horquilla que hacían los caminos que llevaban a Miranda del Castañar.

De esta primera configuración, se fue formando, con sucesivas construcciones, una manzana cerrada con frente continuo a la calle y un gran espacio interior de huertas, conocido como 'huertitas' y que normalmente se corresponden con los patios traseros de las casas. Se encuentran delimitadas por muros de piedra de un metro de altura aproximadamente.

El acceso a esta amplia zona de huertas fortificadas se realiza a través de los llamados 'pasajes' o 'callejinas', que conectan la calle perimetral con el interior de la gran manzana y con otras calles secundarias o con fondos de saco. Esta singular configuración urbana se ha ido conservando a lo largo de los siglos hasta la actualidad. En el entorno de esta manzana central, el crecimiento y disposición de las edificaciones se desarrolla en función de la topografía.

En la zona sur, se produce una interesante transición entre el espacio urbano y el espacio natural de bosques de castaños y robles, a través de un paisaje gradualmente antropizado, desde un paisaje de huertas y vides hasta el acondicionamiento de las laderas como terrenos de cultivo, mediante técnicas de aterrazamiento tradicionales, los denominados bancales.

Su estructura urbana está "emparentada con algunas de las propuestas de ciudad ideal surgidas del Renacimiento o de los utopistas de hace un siglo"

En la zona norte, donde topográficamente se conforma una terraza más amplia, se desarrollan dos espacios públicos muy representativos: la plaza del Obispo, caracterizada por un espacio porticado y la Plaza de las Eras, con la iglesia y el ayuntamiento. Esta plaza, organizada en torno a un gran olmo y cerrada por el este por la iglesia parroquial, ha venido siendo utilizada como plaza de toros desmontable, pudiéndose observar en el suelo de la plaza, los huecos que se utilizan para la instalación de los postes de madera que configuran la plaza de toros en las fiestas.

La utilización de materiales del entorno próximo, la repetición de soluciones constructivas y la armonía de volúmenes, dan como resultado una imagen uniforme y homogénea integrada perfectamente con el entorno, en cuanto que la formación del territorio se ajusta en un perfecto equilibrio ecológico a los recursos físicos.

Por ello, la valoración del conjunto como bien de interés cultural, más allá de la conservación de la tipología edificatoria típica de la Sierra de Francia o de la singularidad de una estructura urbana, "emparentada con algunas de las propuestas de ciudad ideal surgidas del Renacimiento o de los utopistas de hace un siglo" como señala Carlos Flores en su Tratado de Arquitectura Popular Española, viene determinada por su consideración como territorio históricamente modificado por la intervención humana como consecuencia de determinadas dinámicas sociales y económicas, documento histórico representativo de la vida rural de épocas pasadas y reflejo de la identidad social y cultural de un pueblo, que ha sabido conservar parte de su memoria colectiva.

Medida de protección

A fin de proteger las interacciones del núcleo urbano con cada uno de los elementos de su entorno y la relación entre ellos, se delimita como conjunto histórico un amplio territorio conformado por el paisaje de cultivo en terrazas y bancales existente básicamente en las laderas norte, oriental y meridional siguiendo el curso del arroyo de

Las obras que hubiesen de realizarse no podrán llevarse a cabo sin la autorización de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural

Chepetel, valorado como paisaje cultural en cuanto paisaje antropizado ajustado a la lógica formación del territorio y respetuoso con sus recursos físicos, por constituir un inestimable documento histórico, testimonio a lo largo de la historia de la relación del municipio con su territorio, en un perfecto equilibrio ecológico que debe ser mantenido y conservado.

Por todo ello, se propone la protección tanto del núcleo urbano de Villanueva del Conde, dada su especial configuración urbana, única en la comarca de la Sierra de Francia, como la de una amplia zona del territorio en el que se inserta, como ejemplo de paisaje antropizado y de alto valor patrimonial.

La iniciación del procedimiento determinará respecto al bien afectado, la aplicación inmediata y provisional del régimen de protección previsto en la ley para los bienes declarados de interés cultural. Asimismo, todas las obras que hubiesen de realizarse en el conjunto que se pretende declarar no podrán llevarse a cabo sin la aprobación previa del proyecto correspondiente por la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural, o si es el caso, por esta Dirección General.

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