Son tan cuantiosas las frezas de la mayoría de los peces, que muchos animales del río encuentran en ellas una primera fuente de recursos. Frezan por estos días los lucios, Iotas y lampreas. Por cierto, ¿estará extinguida en nuestras aguas la lamprea de río? Algunos anfibios aprovechan también el nivel más alto de las aguas para desovar. Caso del tritón jaspeado y la salamandra rabilarga, en latitudes norteñas, y del más grande de la familia, el gallipato, en el centro y el sur de Iberia.
También el sapo corredor se acerca a las charcas para poner en marcha su propia perpetuación. La mavoría de los reptiles no pueden más que continuar aletargados en gran parte del país, pero en el sur, los días soleados permiten las primeras excursiones de algunas lagartijas como la ibérica. En los arenales predesérticos de Almería y Doñana la tortuga mora se entrega a su primer periodo anual de celo. Algunos insectos también manan de lo desconocido. Ya está aquí la primera y aún tímida oleada de mosquitos. Las abejas se dedican a frecuentar las primeras flores y tres especies de mariposas animan los aires bajos. Caso de la manto bicolor y, a veces, la arlequín y la sofía.
Pero desde las orillas y los enclaves subtropicales hasta el final del horizonte otras muchas andanzas han comenzado. Tanto es así que las dos puertas de todos los paisajes están abiertas de par en par para facilitar la entrada y salida de los más viajeros. De hecho, por el norte ya se embocan algunos patos, gansos, milanos reales y ratoneros. Anuncian las avalanchas del mes próximo. Mucho mayor resulta la aglomeración en las de Hércules. Por Gibraltar están entrando ya grandes bandos de aviones comunes, críalos, algunas golondrinas y varias especies de rapaces, el grueso de las cigüeñas blancas, afortunadamente en franca recuperación demográfica.
En las grietas de los roquedos asoma el ranúnculo de la especie ollissiponiensis. Ya se mueven los primeros bandos de gansos hacia el Norte, mientras empiezan a completarse las parejas de cigüeña blanca y los somormujos lavancos se replican como mimos para sellar ese pacto de asistencia mutua que llamamos paradas nupciales. La del águila real resulta todo un regalo para la vista.
Nacen en este mes muchos buitres leonados, pone sus huevos el buitre negro y algunas rapaces nocturnas como el cárabo, cuando ya han nacido los pollos de buho real. Se inicia el celo de otras aves como el pico picapinos, el zorzal charlo, el mirlo, el águila perdicera, y buena parte de las especies de patos. A veces en este mes ponen su primeros huevos la focha común y el somormujo. Sin tan siquiera iniciar todavía su larga migración hacia el Norte.
Una mención especial merece el lince, nuestro gran felino amenazado. Su celo tiene lugar precisamente entre finales del pasado año y principios de este. Por eso es un buen momento para detectar sus roncos maullidos en las noches serenas.
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