Para los sindicatos, los salarios han perdido mucho poder adquisitivo y tener un empleo no significa salir de la pobreza
Tres años después de la puesta en marcha de la reforma laboral, el Gobierno, la patronal y los sindicatos discrepan acerca de los efectos que ha tenido sobre un mercado que cuenta ahora con menos parados, pero también con menos ocupados que a comienzos de 2012, informa www.elnortedecastilla.es
Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en el primer trimestre de 2012, el momento en el que empezó su andadura la reforma laboral, el número de ocupados ascendía a 17.765.100 personas, cifra que se había reducido en 196.000 trabajadores en el último trimestre de 2014. En cuanto al desempleo, se pasó de los 5.667.900 de parados a principios de 2012 hasta los 5.457.700 de los tres últimos meses de 2014, es decir, 210.000 parados menos, lo que se tradujo en un descenso de medio punto de la tasa de paro, hasta el 23,7%.
La clave de este comportamiento está en la evolución de la población activa, que se redujo en dicho periodo en 406.200 personas, hasta un total de 23.026.800 personas, lo que situó la tasa de actividad en el 59,77 % de la población. Este descenso de la población activa responde a la salida de ciudadanos del país, al envejecimiento de la población y al efecto desánimo que lleva a muchas personas a abandonar la idea de incorporarse al mercado laboral.
Para los sindicatos, la lectura es diferente y consideran que la reforma laboral ha dejado un país con más precariedad y desigualdad laboral y social, en el que los salarios han perdido mucho poder adquisitivo y en el que tener un empleo no significa salir de la pobreza.
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha explicado que la reforma laboral ha sido "un absoluto fracaso", ya que no ha conseguido cumplir ninguno de los objetivos que se proponía. "Ni ha puesto las bases para el crecimiento económico (...), ni ha frenado a corto plazo la sangría del desempleo, ni ha apostado por el empleo de calidad, al contrario, lo ha degradado apostando por la temporalidad, la parcialidad involuntaria y las horas extra que no se pagan", ha denunciado Méndez.
En el mismo sentido, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ha asegurado que la reforma ha situado la libertad de empresa por encima del derecho al trabajo y el de libertad sindical, bajo "la falsa idea de salvaguardar la competitividad y viabilidad empresarial" como instrumento para favorecer el empleo. Toxo ha considerado que la crisis económica ha devuelto a los trabajadores en activo a una realidad de pobreza generada por la precarización del mercado laboral que sólo ofrece contratos de muy corta duración y a tiempo parcial, en permanente rotación y con salarios muy bajos.