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Alma de Árbol (V): el Fresno
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Alma de Árbol (V): el Fresno

Actualizado 09/02/2015
Javier González Alonso

Mantiene una estrecha relación el árbol de esta semana y el agua. Lo habitual es encontrarlos formando parte de los bosques de ribera, lo que es posible que determinara que los griegos utilizaran sus ramas para pedir a los dioses que les enviara la lluvia en las épocas de sequía. La cultura griega le profesaba una gran veneración, pues pensaban que las ninfas que vivían en este árbol, el Fresno, eran hijas de las nubes y de los espíritus del mar; era el árbol del dios Poseidón y, por eso mismo, los marinos llevaban siempre un trozo de madera de fresno en el barco, para tener buena suerte en las travesías.

Ignoro cuál es el origen del nombre genérico, Fraxinus, ya que encontramos interpretaciones vinculadas a la mitología grieta y, por otro lado, a su empleo en alineamientos arbóreos y cercas. Así, fraxinus derivaría de la raíz griega de "fragor" y de "fractura", asociado a Poseidón como dios de los sismos; mientras que podría provenir de "frassein": "poner setos". Sea su etimología la que sea, en la Península Ibérica predominan dos especies: F. excelsior y F. angustifolia, diferenciándose en las hojas, más estrechas en este último, y de menor talla.

Árbol europeo, es la base de la mitología escandinava: Yggdrasil, un fresno perenne, es el árbol de la vida y del universo. Sus ramas y raíces mantienen unidos los diferentes mundos. Situado en el centro de la Tierra, su tronco es el eje del Universo, sus hojas atrapan las estrellas fugaces según pasan mientras sus raíces beben, una de la fuente de toda sabiduría y la tierra de los gigantes helados; la segunda de las sombras y toca la fuente de los ríos del norte y; la tercera, y última, se extiende por los cielos, bebiendo de la fuente de las nornas, las encargadas de tejer los tapices del destino, donde cada persona es un hilo del telar, y la longitud de cada cuerda es la duración de la vida de dicha persona.

Ningún Fresno fue alcanzado por rayo alguno, según las creencias celtas, perdurando la costumbre de que, en caso de tormenta, se busque protección bajo sus ramas. Los Druidas construían sus varitas mágicas de su madera, y, en otras regiones, a su madera se le atribuye el poder de ahuyentar a los demonios, propiciar la buena suerte o contrarrestar los actos de brujería mediante la colocación de varias ramas en las puertas de los establos. Su madera, impermeable, elástica y muy firme, ha sido usada para la elaboración de barcas, remos y lanzas: Aquiles mató a Héctor con una de ellas; el centauro Quirón entregaba una a cada pareja que se casaba en su gruta; o Peleo, que recibió una como símbolo de soberanía.

Al contrario de lo que piensa nuestro, evidentemente inculto, ministro de Educación, Cultura y Deporte, Ignacio Wert, que tiene en mente quitar de la educación el estudio de animales y plantas en Bachillerato [http://mun.do/1f8eaoI], el conocimiento de la naturaleza permite aprovechar las múltiples utilidades terapéuticas que, en este caso, nos ofrece el Fresno. Por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, diuréticas y febrífugas, se pueden usar las hojas, corteza y bayas para, por ejemplo, luchar contra el reuma, la gota, artritis, lumbago, ciática, tendinitis y, en general, cualquier proceso inflamatorio y doloroso de las articulaciones y vías urinarias. Su alto contenido en manitol y sales de potasio favorece la actividad diurética, lo que puede aprovecharse para evitar la retención de líquidos y favorecer la pérdida de peso. Los mucílagos que posee proporcionan una acción laxante muy suave, regulando el tránsito intestinal, a la vez que elimina parásitos intestinales.

Es un árbol muy fácil de distinguir y muy abundante en las riberas fluviales, o lugares con capa freática alta. En Castillejo de Martín Viejo, en la pedanía de Malperal, encontramos un espécimen que está protegido. Sin embargo, quiero destacar la presencia de fresnos en lo alto de un cerro, en el llamado "Balcón de las Arribes", en el teso de la ermita de Nª Sª del Castillo, en Pereña. Allí, rodeando la ermita, y en lo más alto del monte, encontramos varios árboles que, aprovechando la humedad creada por las ruinas del castro celta, enterradas desde hace siglos, mantienen la humedad suficiente para que estos magníficos ejemplares ocupen las alturas? y no es un milagro.

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