Tiempo de inversión

Estos primeros días del año están dando resultado para las gestiones de Luis de Guindos. Tras varios años de gestión de su cartera de economía y no sin polémica en su llegada por su punto de salida/entrada a través de Lehman Brothers (servidor fue el primer escéptico) se ve su trabajo, más que ningún otro ministerio.

Su labor no era, ni sigue siéndolo, fácil: mostrar al mundo las facultades productivas e inversoras de España. A cambio de una fachada cristalina, una neblina empaña estos cristales. Nos hemos vendido al extranjero a precios de saldo y hemos sido comprados por fondos de inversión, capitales procedentes del extranjero de dudosa procedencia, de lugares recónditos excepto para los habituales de paraísos y de dinero procedente de actividades que se mueven entre lo ilícito y lo moralmente reprobable. No se preocupe el público a pie de calle por esto último. Ya no sólo hemos venido contribuyendo como Estado a este círculo económico con la venta de armas, de la que España es una de las grandes exportadoras, si no que se hace con la compra de productos de la Manzana, antes prohibida, pero siempre fruto de la pasión, cuyos pingues beneficios propician importantes movimientos económicos en todo el planeta.

De la complejidad económica de los grandes números de quien mueve esos grandes números que están detrás del párrafo anterior, están importantes fondos de inversión que se mueven en el terreno de las inversiones de tamaño medio en España. Hemos vendido nuestro país y nuestros esfuerzos, le hemos puesto precio, todo sea dicho, tampoco muy barato y esto es un resultado de la gestión de Luis de Guindos. Queríamos vivir, cuando menos, parecido a antes de la crisis, nunca peor, pero no había un conjunto de locos en nuestro país dispuestos a hacerlo. Salvando Mercadona y cuatro grandes más, el resto se han puesto en manos de los fondos de inversión con los que el ministro se puso a trabajar codo con codo. Habrá sido, probablemente, el ministro más viajero de todo el Equipo de Gobierno desde el primer día. Ha sabido vender que somos un pueblo trabajador, sumiso, poco combativo, complaciente con el trabajo y con las retribuciones, organizado desde el Gobierno, pero no desde sus bases, en manos de los grandes movimientos políticos? vaya, como los chinos, los chinos de Europa.

Mano de obra barata y poco guerrera y, al tiempo, un conjunto de empresas bien estructuradas, con trayectoria y reputación, pero, actualmente en quiebra. Pocos dudaban que, ante las elecciones generales de 2011, las únicas empresas consideradas sólidas eran BBVA, Banco Santander, Telefónica e Iberdrola. A partir de ahí, la sombra de la duda planeaba sobre todas las demás. Después de tres años, éstas son las únicas que no han necesitado de fusiones y de entrada de capital extranjero, hoy día no hay quien no cuente con un Carlos Slim, Mercapital, HIG, etc. ya sean personas directamente o a través de fondos de inversión. En estos días el ministro visita Nueva York, donde ofrecerá las empresas españolas y a los españoles como "competitivos", vamos, precios de saldo con costes de personal asumibles dentro de nuestro entorno euro.

Todo esto no debe considerarse, ni mucho menos, perjudicial. Nos ha salvado y más nos vale que aprendamos convivir con ello y, de paso si fuera posible, a aprender. Los inversores y los fondos han venido para gestionar su inversión a medio-largo plazo. Será propietarios en esta nuestra comunidad y no unos meros inquilinos.

Lo que sí es verdaderamente preocupante es que los inversores españoles sigan sin creer en invertir en su propio país. Desde Madrid capital al último rincón de un pueblo perdido de Asturias (patria querida) hay empresarios que podrían convertirse en inversores gracias a sus mullidos colchones y sus baldosas amortiguadas. Razones para dar fluidez a los proyectos patrios hay muchos. Desde el castizo sentido del orgullo patrio, a la sencilla inversión con opciones de obtención de beneficios. Nada de business angels, sociedades de capital riesgo con capital español. Las facilidades del Gobierno para la llegada de fondos extranjeros y que la venta sea creíble han bloqueado las acciones nacionales, pero en breve debe promoverse este tipo de acciones. La acción es clara, por la vía de la fiscalidad, con permiso del huraño Montoro, más centrado en encontrar esas baldosas amortiguadas y colchones mullidos mediante los lavados de dinero por la amnistía fiscal que por dar un respiro al conjunto de los ciudadanos.

Su compañera de partido, Elvira Rodríguez, Presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya confesó en una entrevista de hace un año que, la economía sumergida ha ayudado a salir de la crisis. La inversión extranjera está ayudando a que la economía no tenga la misma línea de flotación que la economía sumergida, pero si queremos ahora que el capital sea más español que extrajero hay que dejarse de dinero negro y proporcionar vías de inversión al dinero español en manos de españoles y que éste supere al foráneo.

Por Salamanca mucho se puede hacer al respecto sobre esto. Hay muchos que tienen cantidades más que suficientes para invertir y hay jóvenes formados y preparados para impulsar las inversiones. Solo hace falta pulsar el botón que de salida a la inversión, demos cuerda a este nuevo tiempo, a este tiempo de inversión.