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Las Candelas, San Blas y las Águedas
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Las Candelas, San Blas y las Águedas

Actualizado 06/02/2015

Las celebraciones tradicionales y populares como éstas marcan la vida de la gente que sufre, busca y espera, e incluso celebra las fiestas superando la rutina y el aburrimiento de cada día.

La de las Candelas es la fiesta con más fundamento bíblico y eclesiástico, ya que conmemora el episodio evangélico en el que José y María aparecen acercándose al templo de Jerusalén con el niño Jesús en brazos, para cumplir la prescripción de la Ley que obligaba a llevar a todo niño primogénito recién nacido al templo, a los cuarenta días de nacer, para ofrecérselo a Dios, porque a Él pertenecía el primer niño nacido en cada familia. Para poder recobrarlo tenían que ofrecer un sacrificio de grandes animales, los que pudieran, y de lo contrario un par de tórtolas o dos pichones, en el caso de las familias pobres, como era la condición de María y José.

La tradición cristiana recogió esta práctica aplicándola a las mujeres recién paridas que a los cuarenta días podían empezar a salir de casa, siendo a la iglesia la primera visita en esta ocasión. Los padres habían de ir con un cirio encendido, lo que ha dado lugar a llamar a esta fiesta con el apelativo de las Candelas. En la mejor tradición cristiana se convirtió esta fiesta en una fiesta de la luz que, por otro lado, había anunciado el viejo sacerdote Simeón al recibir al niño Jesús en el templo mientras recitaba la oración llamada en latín Nunc dimittis, en que proclama que aquel niño iba a ser "luz para alumbrar a todos los pueblos".

Con razón la institución misionera, única en nuestra diócesis, denominada Misioneros de Mariannhill, eligieró para su propia fiesta titular ésta de Cristo Luz de los Pueblos, que consolidaría el propio Concilio Vaticano II, nada menos que dando título a su principal documento, la constitución dogmática sobre la Iglesia, que comienza con aquellas palabras: Christus Lumen Gentium, Cristo Luz de las Naciones. Ellos, como misioneros, son encargados de llevar la luz de Cristo a los pueblos de la tierra más alejados, no sólo físicamente sino también por carecer de fe en el mismo Cristo Salvador del Mundo.

El pasado día dos nos uníamos a los misioneros de Mariannhill en la procesión de las candelas que nos llevaba desde la casa de los misioneros, en el paseo de la Estación, hasta la parroquia de Fátima, a la que ellos pertenecen, celebrando la fiesta con una Eucaristía solemnísima concelebrada por más de diez sacerdotes, pertenecientes a la propia institución o amigos de la misma. El día anterior uno de sus miembros, Tomás, procedente de Mozambique, había sido ordenado como diácono por nuestro obispo en la parroquia de San Juan de Sahagún, llenando de inmenso gozo a sus compañeros y amigos.

Las otras dos fiestas son más populares y conocidas: la de San Blas y la de las Águedas. Muchas veces sin conocer a las personas que dan nombre a dichas celebraciones. De San Blas, obispo oriental, apenas se conoce nada más que el hecho de considerarlo mediador para recibir ayuda que dé salud a nuestras gargantas, a veces incluso dándole un cierto valor fetichista al hecho de portar alguna cinta o gargantilla, normalmente acompañada con la fuerza o la gracia de la bendición sacerdotal.

A las águedas les vendría bien conocer el hecho de que Santa Águeda, virgen y mártir, diera testimonio de su fe y prefiriera el amor de Cristo a cualquier otro amor humano. Ojalá todas las mujeres reconocieran que aquello que puede darles autoridad o mando, no sólo en ese día, sino constantemente, es el sometimiento al Señorío de Jesucristo, el único y verdadero Señor y Salvador. La Iglesia ha reconocido siempre y seguirá reconociendo la grandeza de aquellas mujeres que son capaces de dar testimonio de Cristo y de ofrecer por Él la entrega al servicio de todos los hombres, especialmente los más necesitados.

Que los santos y las tradiciones cristianas sigan acercándonos a Dios y comunicándonos la fuerza y dignidad de quien aprende de Cristo el servicio y la entrega a todos los que tienen y reclaman necesidad de ayuda.

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