El cambio que es posible, por Manuel Choya

Somos cada vez más, los que venimos defendiendo desde hace tiempo la necesidad de invertir los términos y que sean los ayuntamientos, como la institución pública más cercana a los ciudadanos, quienes tengan esas competencias y recursos para hacer frente a las necesidades reales de sus vecinos, es una condición necesaria para salir del agujero en el que estamos: modificar nuestro entorno más inmediato requiere tener herramientas para hacerlo.

Desafortunadamente, al ponerse al frente de una ciudad, uno no se encuentra una pizarra en blanco donde escribir inmediatamente una nueva realidad; más bien hallará las cadenas y limitaciones impuestas por sus predecesores y por un sistema ideado para mantener en el poder a los de siempre. Sin embargo, aún cuando el margen de maniobra sea poco, el cambio es posible, únicamente será más lento, pero posible al fin y al cabo. Eso sí, será fundamental el establecer prioridades para decidir que gastos o inversiones son más importantes, lo que, lejos de ser una tarea sencilla, requiere, sobre todo, tener claro que es lo que se pretende conseguir en cada momento. A mi entender, deben ser al menos tres los criterios a seguir a la hora de priorizar que hacer con los recursos del ayuntamiento:

En primer lugar, la atención al último ciudadano: el más débil, el que peor lo está pasando. La igualdad social empieza desde abajo, garantizando que todos tenemos cubiertos nuestros derechos más básicos y ello implica necesariamente dar prioridad al gasto social: primero las personas.

En segundo lugar, la visión de futuro. Debemos poner en marcha inversiones que impliquen una reversión de la riqueza en el futuro, será un proceso lento y desde luego menos palpable que un jardín bonito o una calle recién asfaltada, pero básico para cimentar una nueva ciudad. Y son muchos los proyectos que se pueden emprender: potenciar el turismo, recuperar la agricultura en nuestra zona, las nuevas tecnologías, las energías renovables, etc.

Finalmente, la voluntad política. Hay muchas cosas que no requieren de grandes presupuestos, sino únicamente voluntad para hacerlas. Por ejemplo, ceder gratuitamente los espacios públicos a los ciudadanos y a las asociaciones, para que los puedan usar libremente, contribuyendo así a dinamizar el ocio y la cultura en nuestra ciudad, sin que ello requiera grandes sumas.

El cambio ya ha llegado, solo nos queda decidir entre tod@s por donde queremos empezar.

Manuel Choya

Coordinador del Consejo Político de IU Ciudad Rodrigo