Gestión Clínica

Actualmente el tema más de moda en el sector sanitario lo constituye el hablar de gestión. Gestionar supone realizar todo aquello que sea necesario, procesos asistenciales y movilización de recursos, para conseguir el objetivo de sistema sanitario, es decir, prevenir la enfermedad y restablecer la Salud de los usuarios o pacientes mejorando el Estado de Salud de la población. Gestionar es más que administrar, dado que supone realizar acciones y actividades para tratar de mejorar la organización para conseguir mayores tasas de efectividad y eficiencia clínica. Es decir, prevenir, curar y rehabilitar a los pacientes y al menor coste.

La gestión clínica constituye una preocupación por varios motivos; pero fundamentalmente porque sin ésta el buen sistema sanitario que disfrutamos y que se ha construido y desarrollado desde la promulgación de la ley General de Sanidad en 1986 se está deteriorando por su inadecuada gestión, la macrogestión política y la microgestión profesional. Somos muchos, cada vez más, los que somos conscientes de una caída en los niveles de calidad del Sistema Nacional de la Salud como resultado de decisiones que han producido una reducción del porcentaje del producto interior bruto dedicado a Sanidad por los recortes en este sector frente a otros menos importantes y transcendentes como el de la comunicación y el entretenimiento.

También son conscientes de su fracaso las Administraciones Sanitarias al tratar de externalizar la gestión en lugar de utilizar profesionales formados y competentes del propio sistema. Esta competencia si habría dado lugar a cambios organizativos relacionados con las evidencias científicas y epidemiológicas que indicaban un cambio de patrón de morbilidad desde los años 80-90. Por otra parte, sin la politización del sistema se habría evitado su fragmentación y la falta de compromiso institucional de las distintas Comunidades Autónomas y,en consecuencia, existirían algunas herramientas que mejoran la equidad y reducen los costes como la existencia de una cartera de servicios integral y una única tarjeta sanitaria para acceder al sistema sanitario español en todo el territorio nacional, etc.

En consecuencia, ahora se quieren resolver estas deficiencias de macrogestión con la microgestión de la gestión clínica en los centros de salud y en los servicios clínicos hospitalarios dado que es aquí donde se toman decisiones asistenciales que suponen cerca del 70% del gasto sanitario de primaria, hospitalaria, farmacia y otros. El 50% aproximadamente se lo llevan los hospitales, motivo por el cual se quiere incidir en este nivel asistencial.

Las mayores dificultades de gestión clínica provienen de la falta de coordinación y colaboración entre los profesionales sanitarios de los distintos servicios clínicos hospitalarios que están organizados por especialidades en lugar de por problemas de Salud. Un ejemplo que pone de manifiesto esta situación anacrónica lo constituye el paciente con cáncer. En este proceso asistencial participan ginecólogos, oncólogos, radiólogos, patólogos, psicólogos y otros especialistas junto al personal de enfermería, auxiliares y administrativos. Una efectiva coordinación y colaboración entre ellos es fundamental para la efectividad clínica; pero también para no repetir pruebas, visitas, consultas, esperas innecesarias, informaciones repetitivas y distintos procesos que suponen gastos y reducen la calidad asistencial y la seguridad del paciente. Por estas motivos y razones, la gestión debe servir para cambiar la organización tradicional y adecuarla a las necesidades y problemas de los pacientes mediante Unidades Multidisciplinares dado que quienes financian y sostienen el sistema con sus impuestos son los usuarios y pacientes. También hace falta gestionar y conseguir efectividad y eficiencia con los enfermos crónicos, cada vez más prevalentes, a través de una mayor colaboración y coordinación entre el nivel de atención primaria y hospitalario y, de éstos con la atención sociosanitaria mejorando así la ineficiente atención a los pacientes pluripatológicos.

Por último, la gestión de la Sanidad no debería permitir ni propiciar ideas de negocio dado que suponen un conflicto de interés entre el fin primario que es tener un sistema social al servicio de la Salud de los españoles y, por tanto, el que quiera hacer negocios la Salud, debería dedicarse a otra cosa o saltar el charco y buscar acomodo en los USA.

JAMCA