Así son, o así parecen ser

Aterrizo en el Aeropuerto Internacional de Fort Worth, Dallas, Capital del Estado de Texas (USA), y empiezan los controles, cola para entregar una declaración, donde indicas que no llevas armas, no eres terrorista, donde vas y a que vas, si llevas algo que te entregaron otros, etc., te toman muestras dactilares electrónicas, te hacen foto e incluso te toman el iris de los ojos, y a otra cola donde otra vez la policía te vuelve a preguntar y comprobar tu equipaje.

Todo esto me recuerda el dicho de: "el miedo guarda la viña", si no has hecho nada, ¿a qué temes?, y si se teme, ¿has hecho algo que no debiste hacer?, al final se traduce en dos horas más en el aeropuerto, dos horas.

Sales y la intensidad del tráfico me trae el recuerdo de mi sosegada y placida Salamanca.

Y te encuentras con el país de la sonrisa, todo el mundo es amable y atento, por cosas nimias te piden disculpas, "(perdón, lo siento)", "excuse me, sorry" es la frase que más escuchas, para nada se parece a la idea que en nuestra mente ronda de este país, quizá el más agresivo del planeta.

Vas conduciendo y hagas lo que hagas nadie te pita, nadie te increpa, nadie se molesta por nada, incluso si caminas en la urbanización por sus ajardinadas calles, donde la conducción es lenta, desde sus coches te miran, como cosa rara, ya que nadie va caminando por la calle a ningún sitio, te saludan con la mano y te sonríen.

Esta es la cara amable de este país, y uno se pregunta, ¿es sincera esta amabilidad?, o ¿es el velo blanco que esconde algo más oscuro?, ¿o es el proceso de calma después de la tempestad?

A nadie se le esconde que en este país puedes llevar libremente armas, que matan, como en el nuestro llevar en el bolsillo un paquete de cigarrillos, que te mata.

¿En cuántas ocasiones ha protestado un conductor y el otro ha sacado un rifle, Winchester del 47 y le ha disparado?, ¿es el miedo a que te puedan disparar, lo que impide la protesta y por tanto ser amables?, si es así, esta es una sociedad enferma que se guía por el miedo, no es una sociedad libre, sino traumáticamente condicionada.

Al entrar en los establecimientos comerciales, un empleado te sonríe, te saluda, te da la bienvenida, y en los restaurantes, más de lo mismo, hay que sacar la propina, que al final es el dueño del establecimiento quien sale ganando, pues las usa y manipula para pagarles menos.

Total que acabas pensando que no es amabilidad, o sonrisa natural, sino forzada, y por lo tanto falsa, cínica e hipócrita, con lo que dada nuestra cultura te sientes molesto.

Si a todo esto le sumamos que su único Dios es el dólar, que esa es la finalidad última de ser amable, de sonreírte, pues apaga y vámonos, solo te queda la esperanza de pensar que no todos serán iguales.

Cierto es que EE.UU es un país enorme, con diferentes culturas y diferentes tradiciones, y la amabilidad y la sonrisa se denota más en unos estados que en otros, podemos aprender de cada país, pues es cierto que si esta sonrisa y amabilidad ya forma parte del carácter de este pueblo y es espontánea y sincera, sin duda es agradable sentirla.

Y volvemos a España, después de unos días en el "País de la Libertad", ¿libertad?

Andrés Barés