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"España es el Himalaya de la espeleología"
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MICRO ABIERTO A CARLOS FLORES, DIRECTOR DE '17 PICOS 17 SIMAS'

"España es el Himalaya de la espeleología"

Actualizado 04/01/2015
Ana Vicente

BÉJAR | Entrevista concedida por Carlos Flores a Béjar al día, tras haber sido galardonado con una mención especial en los premios del deporte 'Ciudad de Béjar 2014'

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Carlos Flores fue galardonado con una mención especial en los premios del deporte "Ciudad de Béjar 2014" celebrados el pasado 19 de diciembre, a instancias de la candidatura presentada por Béjar al Día. Al finalizar el acto, nos concedió una entrevista en la que se mostró muy feliz de haber recibido este reconocimiento que significa mucho para él, sobre todo por haberle sido concedido en su ciudad natal.

Carlos Flores es un bejarano apasionado de la montaña desde su niñez, actualmente trabaja como bombero en Toledo, pero mantiene su afición a las alturas, ampliándola desde hace 14 años a la espeleología, en esa época descendió sus primeras cuevas y según nos cuenta, quien lo prueba se implica de inmediato en una experiencia salvaje en la que el espeleólogo ve la vida desde una perspectiva diferente, poniéndose en contacto con la naturaleza en sí misma, con el vientre de la Madre Tierra.

Según Carlos, comenzó con cuevas sencillas, implicándose cada vez más hasta llegar a hacer realidad lo que fue un proyecto muy meditado y estudiado '17 Picos 17 Simas'. El nombre hace alusión a las 17 comunidades autónomas españolas, que son un paraíso para los espeleólogos de todo el mundo, "España es el Himalaya de la espeleología" nos dice, la zona del globo terráqueo con más cuevas de -1000 metros.

Continúa contándonos que el proyecto, ya hecho realidad, que está llevando a cabo (17 picos 17 simas), es dirigir un equipo de 28 espeleólogos en un reto que se ha convertido en un proyecto científico de gran envergadura, de la mano de otro de los miembros del equipo Raúl Pérez, pues aprovechando sus intervenciones, tienen monitorizada prácticamente toda la Península y han colocado sensores de temperatura, humedad, medidores de oxígeno y sensores de movimiento para el proyecto de investigación científica Termosima, del Instituto Geológico y Minero de España, que estudia los terremotos.

Continuando con la entrevista a Carlos Flores, nos explica que dirigir un proyecto como ese es mentalmente muy duro, no tanto por el descenso como por los preparativos, pues hay que ser especialmente minucioso desde el primer momento cuando sólo es una idea, porque hay todo un equipo del que él es responsable.

Además, cuenta que hay multitud de permisos, trámites burocráticos, la delicada elección del material óptimo, de todo ello y mil cosas más depende el éxito de una misión y en muchos casos la propia vida o la de los compañeros. "Es una ciencia, además de un deporte"

Nos dice que todo el equipo es consciente de que hay riesgos e imprevistos que sólo pueden ser solventados por uno mismo cuando se está en la soledad de una cueva, en esos momentos es cuando hay que echar mano de la fuerza mental y el dominio del temple para saber que los problemas se solucionan con la técnica aprendida.

Sigue explicándonos que en estas expediciones al interior de la tierra es muy importante la preparación del camino para el descenso por cuerda, y le dedican mucho más tiempo, por ejemplo, una cueva que se explora en tres días lleva unos preliminares "in situ" de dos meses, cuando la preparan siempre van en parejas, para poder ir anclados y evitar accidentes.

Al preguntarle las diferencias entre el alpinismo y la espeleología nos contesta que la gran diferencia es que los problemas que surgen son mucho más fáciles de solucionar en el exterior que en el interior y que también el material que se utiliza es diferente, en el exterior se puede pedir ayuda, en el interior hay que hacer uso del auto-socorro en la mayoría de los casos, pues las cavidades suelen ser estrechas y por supuesto oscuras, se trata de un medio muy hostil para los seres humanos, sin embargo, la sensación de estar a -1200 metros es algo inexplicable, pero mentalmente muy técnico, nos dice entre sonrisas.

Uno de las próximas intervenciones será la cueva de Santa Elena en el Sistema Arañonera, en Aragón que nos explica que es la segunda cueva de travesía más profunda que existe, con un recorrido de 9.855 m y un descenso a -1338 metros de desnivel, después de la austriaca de Lampechstofen. El recorrido se llama de travesía porque en ella se entra por una cima y se desciende por el interior de la montaña hasta salir por su base.

A la pregunta de si tienen ayudas para financiarse, nos dice que cuentan con algunos patrocinadores, sobre todo en la provisión de equipos especializados de material, como Casa Cumbre, Rodcle, Kordas o Joma, a quienes agradece su apoyo y colaboración.

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