Un participativo belén viviente anima la Navidad

Lavanderas, pastorcillos, asadoras de castañas, churreras, Herodes y su Corte, y hasta friteras y panaderas no quisieron perderse en El Cubo de Don Sancho la buena nueva. En un portal situado sobre el escenario del edificio multifuncional se situaba el belén con el Niño, María y José, era el final de un amplio recorrido por esta participativa representación de la típica imagen de la Navidad.

Más de 60 vecinos de El Cubo de Don Sancho, en su mayoría jóvenes a excepción del herrero y su ayudante, daban vida este domingo a este belén viviente en el que tampoco faltaron animales como ovejas, patos y hasta algún conejo.

Organizado por los propios vecinos, la llegada al portal se escenificaba con una buena lumbre, varios apartados con ovejas, un puesto de castañas y la fragua. En el pasillo de entrada al interior del edificio podía observarse un puesto de almendras garrapiñadas, churros y chocolate para repartir con la llegada de la noche; y más adentro estaba a Herodes y su Corte de soldados, marciales y dispuestos a la guerra. En el centro del salón, un gran arroyo en el que tres lavanderas enjabonaban prendas que después tendían al sol.

Entre tanto, otros se afanaban con la matanza, un grupo de simpáticas fruteras mostraban sus productos de temporada, varias costureras zurcían algunas prendas al calor de la lumbre mientras tres alegres panaderas amasaban el pan para hornear, y todo ante la sorpresa de muchos tras comprobar el trajín de unos y otras.

En lo alto, sobre el escenario, estaba el Niño, María y José acompañados por un grupo de pastorcillos y con los ángeles velando su morada, un auténtico belén que además de servir como acto de animación de la Navidad, tenía carácter solidario, pues a lo largo de su desarrollo se recogieron alimentos en beneficio de familias necesitadas en la zona.