Única (I)

Esta semana hemos celebrado el Día Internacional contra la Violencia de Género y la campaña de personas sin hogar.

Pero este domingo empezamos el tiempo de Adviento (que significa tiempo de espera o de preparación).

Quizás la que tuvo un gran adviento fue Santa Mónica hasta que consiguió la conversión del hijo que tantos disgustos le dio. Un gran adviento, pero lo logró, así como la de su marido, Patricio.

Santa Mónica es la gran olvidada, la santa quizás que menos se ha hablado de ella.

Pero muchas madres y mujeres se sienten identificadas con ella. Y cuando se les lee, lo poco que hay publicado de ella, se identifican y se sienten Mónica.

Intentaremos hablar de ella en la medida que sintámonos como Mónica y que disfrutemos con ella. Seamos Mónica, esas madres que luchan por sus hijos, madres de hijos descarriados, alejados de la Iglesia, que no ven a sus madres ni a sus padres ancianos, que han perdido el contacto.

Hoy en día que el mensaje de su hijo es tan actual y cercano. Por la crisis de valores, éticos y morales. Actualicemos a su madre.

"No referiré yo sus dones, sino los tuyos en ella. Porque ni ella se hizo a sí misma, ni a sí misma se había educado" (Confesiones IX, 8,17).

Y como hemos mencionado en el Día Internacional contra la Violencia de Género, ella fue ejemplo de madre y esposa.

Vivamos en el Norte de África, donde las gentes eran sumamente agresivas, era ejemplo, de las demás esposas y le preguntaban porque Patricio que era alcohólico, mujeriego y jugador. Además uno de los hombres de peor genio en la ciudad, nunca la golpeo. Mónica nos diría: "Es que cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen genio cuando el grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos y yo no acepto la pelea, pues? no peleamos" (Confesiones IX, 19-20).

Como escribió Monseñor Bougaud, "La historia que me propongo narrar no debiera escribirse, debiera cantarse, porque es un poema. El poema en efecto, del amor más bello que ha existido, del amor más profundo y más tierno, del más elevado y más puro, como también del más fuerte, más paciente y más invencible; del amor que a través de veinticinco años de pruebas y lágrimas, sin un momento siquiera de descanso, no disminuye; antes bien, crece con las contradicciones, y viene a ser tanto más ardiente y tanto más tenaz, cuanto mayores son los obstáculos que ha de vencer y que triunfando al fin (porque, ¿quién sería capaz de resistir tanto amor?), termina dichosamente en una especie de arrobamiento y éxtasis" (Historia de Santa Mónica, Introducción, página 25)

Únicas como significa en griego Mónica, todas las madres son únicas pero iguales en el amor a sus hijos.

Oración para pedir por la paz en la familia:

Oh santa Mónica, que por medio de tu paciencia y plegarias obtuviste de Dios la conversión de tu marido y la gracia de vivir en paz con él; obtén para nosotros, te suplicamos, la bendición de Dios omnipotente, para que la verdadera armonía y paz reinen en nuestras casas, y que todos los miembros de nuestras familias puedan alcanzar la vida eterna. Amén.