l pasado martes en los locales del Foro de Convivencia Manuel Broseta se celebró el II Foro ciudadano de Gandía. Ha sido una experiencia interesante donde los representantes del asociacionismo vecinal, técnicos de las administraciones públicas y políticos de la zona se han planteado cómo incrementar los niveles de participación cívica. Se trata de un problema que está condicionando todos los niveles de la agenda política y que a escala municipal resulta significativo porque en los pueblos son más importantes las personas que los partidos.
Me invitaron a describir el contexto de una ética pública en el que debe basarse la gestión política del futuro y en las preguntas descubrí no sólo los niveles de insatisfacción o descontento cívico que muestran las encuestas, sino las ganas de reinventar la política. Algo que técnicamente podemos llamar un retorno de lo político con mayúsculas frente la política con minúsculas, es decir, un retorno de la corresponsabilidad cívica por los asuntos públicos frente a la simple gestión administrativa.
En ese clima de diálogo vecinal analizamos las características de un buen político. No lo hicimos para ayudar a los políticos profesionales que redactan la selectividad de sus candidatos, nos limitamos a intercambiar un conjunto de ideas que podrían ser el test para un político perfecto. Deberíamos descartar a quienes:
1.- Hacen de la política su profesión, es decir, aquellos que no tienen una ocupación, empleo o profesión antes de tener cargos públicos. En terminología de Max Weber, no valdrían personas que "viven de" la política, que hacen del oficio político su único y exclusivo medio de vida.
2.- No tienen experiencia de dirección, gestión y administración de recursos públicos. La gestión de un casal fallero, una asociación de vecinos, una comunidad de propietarios, un centro educativo, una organización cívica o simplemente una institución proporciona unas competencias imprescindibles para la vida política.
3.- No tienen un mínimo de cultura general. No se trata de exigir un conocimiento enciclopédico, tampoco un máster en liderazgo político o gobernanza global. Exigimos que cuiden el lenguaje, conozcan la historia de las constituciones de su pueblo o que redacten una norma, una enmienda o simplemente un documento administrativo coherente.
4.- No tienen resiliencia, es decir, quienes son incapaces de resistir integrando la adversidad y soportar la crítica del enemigo, del adversario o del compañero de partido. Una cualidad imprescindible con la que gestionar asertivamente convicciones, ideales y altura de miras.
5.- Emplean los fines de semana para los actos políticos porque tienen un sentido utilitario de la vida, muestran que no valoran la vida familiar, no disponen de tiempo para sus hijos y, sobre todo, porque no tienen sentido comunitario de la fiesta.
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