SAN PELAYO DE GUAREÑA | Curiosa instantánea con la que ya solo nos topamos recorriendo nuestros pueblos
A veces llevaban una chaqueta y pantalones a juego; otras, un abrigo remendado. Y para la cabeza, una colección de sombreros, casi siempre de ala ancha. La ropa vieja servía, y sirve, para hacer los espantapájaros, de cuerpo relleno de paja o heno, y empujados por el viento ahuyentar a los pájaros y demás visitantes inoportunos del huerto o de la cosecha.
Con uno de estos curiosos espantapájaros, ataviado con sombrero de paja y que diríase que anda él mismo afanado en el huerto, nos hemos topado caminando por San Pelayo de Guareña.